El discurso de Karmele Larrinaga para agradecer su Acróstico BIlbao Aste Nagusia 2022 se convirtió en un monólogo desternillante. El actor Chema Trujillo adaptó de manera brillante la letra de ‘Un inglés vino a Bilbao” para cantar con tono cómico y gran voz su relación con Bilbao. El propio alcalde, Juan Mari Aburto, improvisó alguna broma en unas palabras de cierre, que fueron de contenido institucional, y en las que recordó que ni siquiera la pandemia pudo con los premios que ayer al mediodía les convocaba en el coqueto foyer del Teatro Arriaga.
Pero nada en absoluto resulta comparable a la pareja que forman el presidente de la Asociación Artística Vizcaína, José Ramón López, alias Misere Josephe, y el comunicador, Joseba Solozabal. La gestualidad de uno y el ingenio verbal del otro, la irreverencia de uno y la extrema formalidad del otro encajan y se complementan de una manera difícil de explicar. Hay que verlo y escucharlo, no se lo pierdan cuando tengan ocasión. Merece la pena.
Además de los citados Larrinaga y Trujillo, la Bilbao Orkestra Sinfonikoa fue merecedora del Acróstico a la Bilbainía Andante por sus cien años potenciando la cultura de la Villa. El director general de la entidad, Ibon Arambarri, subrayó durante el agradecimiento que “es difícil de explicar fuera de Bilbao que una ciudad tan pequeña haya sido capaz de sostener durante un siglo una orquesta sinfónica”.
Recibieron el Pin de Oro de la Asociación Artística Vizcaína, la teniente de alcalde Yolanda Díez, el periodista Txema Soria y el popular hostelero Bonifacio García Loma, más conocido como Boni el del Lago.
Una importante representación de la corporación municipal acudió al evento. Cabe citar a Itziar Urtasun y Gonzalo Olabaria, que hicieron entrega de sendos acrósticos, y a Gabriel Rodrigo, miembro de la junta directiva de la asociación.
Recitaron sus acrósticos Fernando Zamora, el pintor valenciano José Manuel García Cerveró ‘Jere’ y María José Domínguez.
Destacaban entre los asistentes el exalcalde, Ibon Areso; el presidente de la autoridad portuaria, Ricardo Barkala; el presidente de Bilbao Historiko; Borja Elorza; o el presidente de la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao, Asier Loroño, y su directora, Amagoya Loroño.
Se encontraban en el foyer del teatro, entre otras personas, Ane y Leire Larrinaga y Susana Landa, de la familia de Karmele Larrinaga. También Begoña Iribarren, Fely del Fresno, Francisca Nieto, Keny Orúe, Merche García, Elena y Aurori Bolzoni, Raquel Rodríguez, Mari Paz Ibáñez, Mari Ángeles Pérez, Dorita Busto, José Mari Amantes, Marino Montero, Egoitz Astigarraga, Mari Carmen Pérez o María José Plaza.
A esa misma hora frente al Arriaga se aplaudía otra poesía, la del sudor que desprendían barrenadoras y barrenadores en su esfuerzo por perforar la roca.
Y en el centro del Ensanche, la poesía admirada era las de las motos clásicas. En concreto, las scooters. Unas cuarenta se habían detenido ante el Ein Prosit del hospitalario Enrique Thate. Y llenaban el depósito con salchichas y un traguito de cerveza. “Venimos 30 vespas y 10 lambrettas”, explicaba Iñaki Arce, de Scooteros Ruteros de Bizkaia (SRB). “En esta II Skooterada Aste Nagusia, la primera fue en 2019, hemos pasado por el Museo del Athletic, la Carola, Puppy; luego vamos al Kubrik y a comer una paella que nos han preparado en Gogorregi”, añadió. “Somos gente mayor, pero divertida” apostilló Kike Uribarriko.
No hacía falta jurarlo. Chalecos llenos de chapas, barbas canosas, moteras casco en mano y hasta un navarro recién llegado del Cabo Norte, cantaban, bromeaban y se lanzaban puyas sobre la bondad de vespas o lambrettas. Se trataba de Alejandro Mendiola, Alize García y Amaya Asencor, el iruindarra Javi Zabalza, Joseba Apezetxea, Oskar Bikandi, Julio Sueiro, Josean Etxebarri, Jaures Mauriz, Iñaki Tejerina, Marisa Díaz, Guillermo Antolín, Iñaki Olano, Antonio Hormigones, Javier Vallejo, Txaro y José Antonio Tojo, Raúl Carpi, Javi Berrehun, Andoni Aguilera, Kimetz Fernández o Itziar San Martín.