José Antonio Ardanza se erigió en el muñidor de lo que, posteriormente, se acuñó como la apuesta por la transversalidad merced a los acuerdos de gobierno del PNV con los socialistas vascos. En este sentido se han pronunciado dirigentes de esta última formación tras el fallecimiento del lehendakari ohia. El secretario general del PSE y actual candidato a la Lehendakaritza, Eneko Andueza, destacó ayer que el histórico líder jeltzale fue “un hombre de paz” que “supo entender perfectamente la pluralidad de este país y que abogó por el acuerdo entre diferentes”. “Se va parte de la historia de Euskadi”, reseñó en una entrevista en Onda Vasca, donde argumentó que Ardanza es una persona “que va a permanecer no solo en la memoria del conjunto de la ciudadanía vasca, sino que, evidentemente, pasa a los anales de la historia como un lehendakari que supo entender perfectamente la pluralidad de este país y que abogó por el acuerdo entre diferentes”.
Andueza precisó que uno de sus principales legados precisamente fue el Pacto de Ajuria Enea y se mostró “orgulloso” de que los socialistas vascos participaran en los Ejecutivos de Ardanza porque “fueron gobiernos que trabajaron muy mucho por la Euskadi que hoy conocemos”. En ese sentido, evocó que fue un consejero socialista, José Manuel Freire, quien dentro de un gobierno liderado por Ardanza “puso en marcha Osakidetza”. “Fueron gobiernos que sentaron las bases de la Euskadi que conocemos hoy y, por tanto, José Antonio Ardanza debe recordarse como un vasco que lideró un tiempo como lehendakari que sentó las bases de lo que hoy conocemos como la Euskadi moderna, la Euskadi del siglo XXI”, incidió Andueza.
Ardanza tomó posesión del cargo como lehendakari en 1985 con el apoyo de su partido y del PSE, con el que firmó un pacto de legislatura, un acuerdo que sería la marca de la casa de sus mandatos. Convocó elecciones y las ganaron los socialistas, que le permitieron ser reelegido el 26 de febrero de 1987. Hasta 1990 gobernó en coalición con el PSE. Tras las autonómicas del 28 de octubre de 1990 se produjo su única salvedad, ya que se creó en enero de 1991 un tripartito junto a Eusko Alkartasuna y Euzkadiko Ezkerra. Duró solo diez meses, y regresaron los gobiernos de coalición PNV-PSE, que dieron estabilidad a Euskadi durante toda la década de los noventa. Fernando Buesa, asesinado por ETA en el año 2000, y Ramón Jáuregui fueron, entre otros, figuras relevantes del PSE dentro de aquellos gabinetes conformados en binomio por nacionalistas y socialistas.