El PNV fue el primer partido que vio intereses políticos detrás de las huelgas de ELA, un argumento que defendió con datos concretos, como que el 50% de los paros tiene lugar en suelo vasco aunque la comunidad autónoma solo representa un 5% de la población del Estado, realidad que también contrapuso Urkullu. Esa lectura, que se interpretó en algunos ámbitos como una falta de sensibilidad hacia las protestas o una muestra de su enemistad con el sindicato, fue secundada ayer miércoles, sin embargo, por un partido poco sospechoso de cuestionar las huelgas como herramienta de presión. El candidato del PSE a lehendakari, Eneko Andueza, coincidió en que ELA está “convirtiendo la huelga en un fin en sí mismo” con “intereses políticos”, y cree que quedan pocas dudas al respecto porque el propio sindicato se presenta dispuesto a ejercer una labor de oposición al Gobierno vasco. Mitxel Lakuntza ha llegado a decir en alguna ocasión que seguirá ejerciendo de “contrapoder” porque EH Bildu “apuesta por la moderación y el acuerdo” con el PNV, y que la única oposición en Euskadi es sindical y social.
A Andueza se le preguntó en Radio Euskadi si cree que la huelga del martes en el sector público tiene alguna motivación política detrás. La huelga la convocaron ELA, LAB, CCOO, Steilas y ESK. El sindicato UGT no se sumó. “Indudablemente, siempre soy muy respetuoso con el derecho a huelga por una cuestión ideológica, pero me da la sensación de que algún sindicato especialmente está convirtiendo la huelga en un fin en sí mismo, e instrumentalizar las huelgas con determinados intereses políticos es tergiversar el sentido que tiene que tener una huelga. Al margen de eso, evidentemente creo que tenemos conflictos laborales abiertos en determinados servicios públicos que tenemos resolver, y a través del diálogo social tengo la esperanza de que se resuelvan. Pero, por otra parte, sí creo que algún sindicato de corte nacionalista está instrumentalizando las huelgas con fines políticos. Creo que es cada vez más evidente”, dijo Andueza.
Cuando se le preguntó si se refería a ELA, fue tajante: “Sí, efectivamente. ELA, en muchos sentidos, está jugando a algo que no es. Un sindicato tiene que actuar como un sindicato, y me da la sensación de que está jugando a algo muy diferente. Poder escuchar a su secretario general diciendo que en Euskadi no hay oposición y que ellos están dispuestos a ser oposición es una clara declaración de intenciones para convertir a ELA en algo que no es precisamente un sindicato”.
Sobre el nuevo estatus, pidió a “EH Bildu y PNV que dejen de jugar al gato y el ratón y de perder el tiempo”. Los culpó a ambos de impedir una reforma estatutaria por poner “todos los huevos en la cesta del derecho a decidir”, y rechazó que inicien ahora un procés a la vasca. Sánchez tiene un acuerdo con el PNV que sí permite negociar sobre el reconocimiento nacional.