El Gobierno de Navarra mantiene paralizados los trabajos en los restos arqueológicos de la noria de sangre en la Magdalena y sigue sin dar el permiso al Ayuntamiento de Pamplona para retomar las obras que estaban en marcha hasta que Príncipe de Viana obligara a detenerlas a principios de agosto por carecer de permiso.
El asunto ha sido tratado este miércoles en la Comisión de Urbanismo tras una iniciativa presentada por EH Bildu, que ha sido aprobada con el voto de PSN y Geroa Bai, mientras que Navarra Suma ha votado en contra.
Los grupos municipales han acordado realizar una visita oficial de la Comisión de Urbanismo al parque de la Txantrea para comprobar in situ el estado actual de los restos patrimoniales aparecidos.
Además, han adoptado el "compromiso de presentar el proyecto de recuperación de la noria de sangre de la Magdalena y el informe de Príncipe de Viana que lo avale, buscar consenso en la Comisión de Urbanismo, así como tener en cuenta la opinión del vecindario de la Txantrea y de la Magdalena".
Debate en Comisión
El debate que han mantenido los portavoces ha puesto de manifiesto el malestar que ha generado este asunto en Navarra Suma, que amenaza con enturbiar las relaciones entre el Ayuntamiento y el Ejecutivo, ya bastante deterioradas por otros asuntos previos como la vivienda social o el suelo público.
El concejal de Navarra Suma Juan José Echeverría ha ido un poco más lejos y ha dicho que la "colaboración institucional está rota".
Se le ha visto especialmente molesto con la decisión de Príncipe de Viana de paralizar las obras. En su opinión, existía un "acuerdo verbal" entre los técnicos municipales y de la citada institución para continuarlas sin esperar al informe preceptivo, lo que según ha dicho no resulta excepcional.
Echeverría ha confirmado que tal informe sigue sin llegar y que las obras para nivelar que se realizaron en la noria de sangre a mediados de agosto se hicieron siguiendo las pautas precisas para su posterior montaje.
Por parte de EH Bildu ha intervenido Borja Izaguirre, que ha acusado al concejal de Navarra Suma de no cuidar el patrimonio municipal y de ignorar los acuerdos de la mayoría, en alusión a la declaración aprobada el 21 de octubre de 2020 en la Comisión de Urbanismo para buscar una solución consensuada. "Su objetivo era actuar sin el control legal, pero se les pilló con las manos en la masa y tuvieron que paralizar las obras" ha comentado el concejal abertzale.
El socialista Federico Colmenar ha comenzado su intervención recordando la importancia de conservar el patrimonio de la ciudad y ha destacado la labor realizada por Peio Iraizoz, el vecino de la Magdalena que alertó de los daños que podían provocarse en la noria de sangre por las obras del Ayuntamiento.
Pese a que ha preguntado varias veces, el representante del PSN se ha quedado sin saber por qué se hicieron más obras en la noria en agosto si no existía el permiso de Príncipe de Viana.
En la misma línea, Javier Leoz (Geroa Bai) ha reiterado que el supuesto acuerdo verbal de los técnicos municipales y del Gobierno foral no tiene validez si no viene avalado por un informe. "Empezar los trabajos sin este informe supone no respetar la tramitación administrativa del expediente, lo que es más grave al tratarse del patrimonio de nuestra ciudad".
Valor histórico
La noria de sangre de la Magdalena fue considerada por el Departamento de Cultura del Gobierno de Navarra como de valor histórico 'notable'.
Construida alrededor del siglo XIX, constituye el único ingenio hidráulico de este tipo conservado en Pamplona y, por tanto, un ejemplo de un sistema de producción agrario de gran importancia en la historia de la ciudad.
Consta de un circulo horizontal en piedra labrada al que se accede por unos escalones irregulares que, probablemente, antaño fueran una rampa de acceso para los animales de tiro.
En el centro de este círculo de 6 metros de diámetro se ubica un pozo de piedra cuadrado de alrededor de 2 metros, una mineta y, al este de la noria, un aljibe de fábrica de mampostería con muro de unos 80 cm de espesor.
El antiguo sistema de extracción de agua, posiblemente vinculado a las necesidades de la comunidad conventual (agua de boca y de riego), estaba basado en la rotación de un eje a través de la fuerza ejercida por animales de tiro y no se encontró en su estado original, sino que, por el hecho de haberse seguido usando durante décadas, presenta aportaciones posteriores, aunque fácilmente identificables.