La Segunda División es una categoría en la que convergen jóvenes futbolistas que encuentran en la categoría de plata un buen escenario para sumar minutos y quemar etapas, con otros más veteranos que dan sus últimas patadas al balón en una de las competiciones más exigentes de Europa. Y a este segundo grupo es al que pertenece Enric Gallego, el veterano ariete del Tenerife que debutó en Primera a sus 32 años y que es, en la actualidad, la principal amenaza del próximo rival del Glorioso.
El atacante de Bon Pastor cuenta con una de las historias más emotivas del espectro futbolístico. Antes de dar el salto del Extremadura al Huesca, club que le brindó la oportunidad de brillar ante los focos mediáticos, el atacante catalán se ganaba la vida como camionero, albañil e incluso alquilando bicicletas. Compaginaba el trabajo con el fútbol, que en aquella época no era más que un hobby puesto que Gallego competía en el fútbol semiprofesional.
Las divisiones territoriales se le quedaron cortas y a los 27 años de edad fue cuando Gallego pudo vivir del fútbol. Todo un sueño para el futbolista que dejó su huella en equipos históricos de Cataluña como el Badalona, Olot y el Cornellá. Desde este último puso rumbo al Extremadura y fue en el conjunto azulgrana donde logró el ascenso de la categoría de bronce a Segunda. Además, el portentoso ariete se convirtió en el máximo goleador de la primera vuelta en categoría de plata con 15 goles en apenas 19 partidos.
Este registro realizador fue el que le brindó la oportunidad de su vida, la de dar el salto al fútbol de primerísimo nivel de la mano del Huesca. Pese a no lograr la permanencia en el cuadro aragonés, Enric Gallego continuó su periplo en Primera en escuadras como el Getafe y Osasuna. Sin apenas oportunidades en la máxima categoría, el ariete catalán recaló en las filas del Tenerife el pasado curso para convertirse así en una pieza clave del cuadro chicharrero.
REINVENTADO
Ahora, a sus 36 años de edad, Enric Gallego se mantiene como una referencia en la vanguardia del Tenerife. El catalán es uno de los hombres de confianza de Ramis ya que ha sido de la partida en 16 partidos correspondientes al campeonato doméstico y, además, ha anotado tres goles y ha ofrecido una asistencia.
Pese a que su registro realizador no sea llamativo, cabe destacar que el ariete chicharrero exigirá a la defensa albiazul un altísimo nivel de concentración en los balones aéreos ya que su condición física le convierte en una gran amenaza a balón parado. Al veterano ariete le acompañan en la vanguardia futbolistas habilidosos como Waldo, Borja Garcés o Iván Romero, quienes brindan verticalidad a un Tenerife que quiere ser más protagonista con el esférico que en el pasado curso.