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El acceso a una vivienda está cada vez más complicado, especialmente en las grandes ciudades. Independizarse sin compartir piso es todavía más complicado, y quienes buscan un hogar para una sola persona y que sea mínimamente asequible suelen encontrar apartamentos minúsculos que se han sacado de una portería, un sótano, un desván o un trastero. Viviendas en las que casi puedes freír desde la cama o hacer tus necesidades dentro de la ducha, porque hay que aprovechar cada centímetro.
15 millones de visualizaciones
En el caso que se ha vuelto viral en TikTok la gracia, por llamarlo de alguna manera, está en el cuarto de baño, si es que se puede hablar de cuarto. Una joven, Emily Bonani, ha querido mostrar en un vídeo lo que no es más que un pequeñísimo aseo pero que, eso sí, tiene de todo. La publicación se ha vuelto absolutamente viral, con casi 15 millones de visualizaciones en apenas unos días.
“Os voy a enseñar mi baño, que yo creo que es el más pequeño de Nueva York. Si no es el más pequeño me gustaría que me mostrarais cuál es el más pequeño, porque personalmente no he visto nunca algo así”, comienza la joven, antes de dirigirse hacia el baño.
Una estancia mínima
Lo que va enseñando en la grabación no llama demasiado la atención en un primer momento. Una puerta de madera en cuyo interior hay varios colgadores para toallas o prendas de ropa, una ducha con su cortina y varios cestillos en el que deja los geles y champús, pero también la pasta y el cepillo de dientes, porque no hay otro lugar en el que colocarlos.
Después muestra el retrete, prácticamente encajado entre la puerta de entrada y la ducha, con el espacio justo para que quepan las piernas, pero eso es algo habitual en muchos baños pequeños. “Si estáis pensando que esto está bien igual os preguntáis dónde está el lavabo”, dice, y pasa a enseñarlo.
¿Dónde está el lavabo?
No es un lavabo nada habitual, ya que se trata de un modelo de un tamaño mínimo y que forma parte de la estructura del propio retrete, al estar sobre la cubierta de la cisterna. “No tienes que abrir el grifo y tirar de la cadena en dos acciones separadas, porque es la misma acción”, explica. Así es, al abrir el grifo el agua sobrante va cayendo dentro de la cisterna.
“¿Y qué pasa si quiero usar el retrete pero no abrir el grifo? No es una opción”, añade, mostrando cómo al tirar de la cadena se abre automáticamente el grifo, que rellena así la cisterna para efectuar las descargas. Viendo ese sistema, entre los comentarios hay quien dice que no se fiaría de que el agua del grifo no viniera del retrete y quien preferiría lavarse los dientes en la cocina por si acaso.