El fútbol de hoy, más globalizado que nunca, es un deporte que aún conserva infinidad de anécdotas que exponen su lado más humano. Porque, a donde no llegan los goles y las grandes jugadas, hay hueco para las historias con mucho sentimiento. Es el caso de dos bilbaínos que son familia: uno incondicional del Alavés, y el otro, seguidor del Athletic.
En un vídeo publicado por el club en sus redes sociales, podemos ver el comienzo de este relato en Bilbao, justo en la explanada del estadio de San Mamés. El protagonista es Sergio Montoya, aficionado del Athletic, que cuenta la historia de amor que siente por su padre y el Alavés.
El hombre detalla el motivo de su sorprendente cercanía hacía el equipo babazorro: “Hola, mi nombre es Sergio Montoya, tengo 54 años y soy socio del Athletic desde el año 1992. Pero, los findes, toca ir a 'Mendi'”.
Sentimiento blanquiazul
Más tarde, se puede ver a Sergio ayudando a salir de un automóvil a su padre: Sergio Montoya Larroina. Según él cuenta, a pesar de que no es gasteiztarra, es abonado del Deportivo Alavés. “Soy nacido en La Puebla de Arganzón, pero luego me fui a vivir a Vitoria y años después a Bilbao.”
Respecto a su hijo, el amor que siente por su padre es muy visible en sus palabras: “Es una parte muy importante de mi vida. Él ya tiene 83 años, y hay muchas cosas que intento que las disfrute al máximo. Lo hago con mucho cariño, porque llevarle a Mendizorroza no me cuesta nada, la verdad.”
“Le acompaño siempre que puedo. Lo único que él se sienta en preferencia, y yo en Cervantes. Suelo ir con él hasta la puerta 4 o 5 del campo, donde es su sitio, y luego yo me marcho a mi localidad. Ya a la vuelta, hacemos lo mismo: me espera en la salida y vamos al parking”, continúa.
Aficionados alavesistas en las afueras de 'Mendi'
Por su parte, el seguidor blanquiazul, emocionado, ahonda en su sentimiento: “No tiene calificativos, ¿entiendes? Que venga aquí un domingo a las nueve de la noche …”. Su hijo, Sergio, lo tiene claro: “Yo soy del Athletic y no voy a cambiar. Aun así, también me tira el Alavés”, revela.
“Siempre que voy a Mendi, me siento muy a gusto en ese campo”, puntualiza el aficionado rojiblanco. “Y cuando a mi padre le hicimos socio del Alavés, eso ya fue la bomba. Fue algo que no esperaba”, dice. “El carnet de abonado, fue el sueño más grande que he cumplido”, asegura su padre.
Los partidos
Sergio Montoya sigue contando más instantes únicos: “Un momento especial fue cuando fuimos a Madrid a la final de Copa. A ver si algún día podemos ir los dos juntos como esa vez”. Así lo rememora su padre: “Aquello fue la ilusión de mi vida, nunca había ido a un partido así”.
En lo que a la disponibilidad se refiere, Sergio añade que, si no fuera porque su hermana, que le cubre a ciertas horas, muchos partidos no podría subir a Vitoria. Y acerca de su padre, señala: “Aunque lleve muchos años en Bilbao, la ciudad tiene en un pedestal a mi padre”.
Preguntado por su amor por el Glorioso viviendo fuera de nuestro territorio, el abonado lo tiene claro: “¿Qué cómo puede ser que yo anime a este equipo? La gente no se lo cree, pero yo lo digo con el corazón en la mano: seré del Alavés hasta el día que me muera”.
Vista interior del estadio de Mendizorroza
Pequeño homenaje
Esta historia, subida con motivo del Día del Padre celebrado ayer, 19 de marzo, intenta reivindicar ese espíritu de unión entre padres e hijos. Y, al mismo tiempo, hacer hincapié en una afición común, mostrar el apoyo hacia un equipo y una forma de vida: el Deportivo Alavés.