La visita del Rayo Vallecano a San Mamés esta noche supone un doble desafío para el Athletic, imponente como visitante, pero atascado como local. Los números, extraños tratándose de un equipo que acostumbra por naturaleza a hacerse fuerte en casa, resultan cuando menos llamativos a la espera de comprobar si también preocupantes. Cuatro puntos de nueve posibles, no en vano, suman los rojiblancos delante de una expectante afición, con una entregada grada popular incluida, que ha visto volar de Bilbao dos puntos contra el Mallorca (0-0) en la primera jornada de liga y otros tres frente al Espanyol (0-1). De los tres primeros rivales del curso en La Catedral solo el Valencia ha hincado la rodilla al ceder por la mínima (1-0).
El gol marcado por Alex Berenguer en el minuto 42 del choque correspondiente a la segunda cita liguera asoma como el único zarpazo de los leones hasta la fecha en feudo propio, dato que contrasta y de qué manera con los ocho tantos firmados a domicilio en dos envites. Intratables ante Cádiz (0-4) y Elche (1-4), el reto, a fin de no terminar convirtiéndose en una agobiante necesidad, pasa por empezar a facturar en casa al abrigo de un mayor promedio de puntos y goles por partido. La primera prueba a modo de examen llega hoy mismo contra un rival siempre intenso y aplicado que, entregado en cuerpo y alma a un viejo e ilustre conocido como Andoni Iraola, colecciona una victoria, un empate y una derrota en sus tres primeras salidas de la temporada.