La multitud de crisis y desafíos a los que se enfrenta el mundo hace que sean necesarios los científicos entregados y las personas que "desafían a las autoridades en búsqueda de la paz, la democracia y los derechos humanos", según el presidente de la Fundación Nobel Carl-Henrik Heldin.
Con este mensaje volvió hoy a la normalidad la celebración de la entrega de los Premios Nobel, después de dos años en los que, debido a la pandemia, se hizo en un formato reducido y sin presencia de los laureados.
En su discurso de apertura de la ceremonia, presidida por los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, el responsable de la Fundación Nobel pasó revista a los males que aquejan al planeta y a nuestras sociedades.
La libertad está "en declive en todo el mundo"; hay guerra en Europa, "con el espectro de las armas nucleares" y se producen "dramáticas crisis energéticas y alimentarias". También citó la "flagrante" discriminación; la desigualdad social y económica y "un acelerado cambio climático que exige la urgente ampliación de las soluciones".
Ante esta "multitud de crisis y desafíos", el mundo necesita "científicos entregados que busquen sin descanso la verdad y amplíen los límites de nuestro conocimiento" y también a "esas personas y grupos que, con gran sacrificio personal, desafían a las autoridades en búsqueda de la paz, la democracia y los derechos humanos".
Heldin recordó que unas horas antes, en Oslo, el Nobel de la Paz había reconocido al preso de conciencia y activista bielorruso Ales Bialiatski y a las organizaciones rusa y ucraniana de derechos humanos Memorial y Center for Civil Liberties, respectivamente.
Los premios Nobel, dijo el presidente de su fundación, se conceden por los logros en beneficio de la Humanidad y los premiados demuestran "la capacidad que tenemos como seres humanos de forjar nuestro propio destino".
ONCE NUEVOS NOBEL, SOLO DOS SON MUJERES
Las reflexiones Heldin fueron seguidas desde el escenario de la Sala de Conciertos por un número inusualmente grande de premiados. En primera fila los de este año y detrás una parte de los laureados en 2020 y 2021, quienes por la pandemia tuvieron que recibir las medallas en sus países.
Once nuevos nobel, de ellos solo dos mujeres -Química y Literatura- recibieron la medalla de manos del rey Carlos Gustavo, en una ceremonia a la que también asistieron la princesa heredera Victoria y su esposo, el príncipe Daniel; el príncipe Carlos Felipe y la princesa Sofía, así como más de 1.500 invitados.
La francesa Annie Ernaux recogió el premio del Literatura por una obra que está impulsada por "una fuerza y una exigencia de justicia", en la que el lenguaje es "un medio para disipar la niebla de la memoria", según la presentación que hizo de ella Anders Olsson, de la Academia Sueca.
Los descubrimientos sobre el genoma de los neandertales a partir de ADN de fósiles dieron a Svante Pääbo el Nobel de Medicina. Considerado el padre de la paleogenética, el trabajo de este científico sueco "nos permiten abordar una de las cuestiones más fundamentales: ¿Qué nos hace únicos?", destacó Anna Wedell del Instituto Karolinska".
El Nobel de Física fue Alain Aspect (Francia), John Clauser (EE.UU) y Anton Zeilinge (Austria) por sus avances en mecánica cuántica, que abren la puerta a tecnologías como la comunicación encriptada, los ordenadores y redes cuánticas, con lo que "hemos entrado en la segunda revolución cuántica", destacó Mats Larsson, de la Academia Sueca de Ciencias.
EL QUÍMICO QUE REPITE NOBEL
El estadounidense Barry Sharpless recibió hoy su segundo Premio Nobel, el primero lo logró en 2010, ambos en la categoría de Química.
Sharpless compartió esta vez el galardón con Carolyn Bertozzi (EE.UU) y Morten Meldal (Holanda) por el desarrollo de dos nuevos tipos de química, la de click y la bioortogonal, mas sencillas y limpias, que han estimulado una intensa actividad y dado lugar a "cantidad de nuevos logros de gran importancia", subrayó Olof Ramström de la Academia de Ciencias.
El que fuera presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos Ben Bernanke, logró el Nobel de Economía junto a Douglas Diamond y Philip Dybvig por sus estudios sobre los bancos y la crisis financieras, cuya impronta se ve en las recientes reformas y que "nos protegerán de las tormentas financieras".
Al inicio de la ceremonia, los premios nobel de los dos años de la pandemia fueron nombrados por categorías y recibieron en aplauso del público.
Los galardonados de este año, tras recibir el premio y, como manda la tradición, se limitaron a hacer un saludo al rey, otro a los miembros de la Academia y un tercero al público.
Cada premiado recibe una medalla, un diploma y 10 millones de coronas suecas (916.000 euros o 882.000 dólares).