En esta tercera entrega de la entrevista, la más personal, Aritz Elustondo habla de su trayectoria, su temporada y su futuro.
¿Y Ariz qué tal, cómo se ve?
–Bien, un claro objetivo que me había marcado para esta temporada era el estar disponible para el entrenador prácticamente en todos los partidos que íbamos jugar. Quitando el de la sanción y los dos encuentros después de Valencia, creo que me encontraba en condiciones de ser titular. Con alguna molestia, pero sin ninguna lesión grave. Del tobillo estoy bien, no me ha dado problemas.
¿Cuál es su rutina diaria?
–Todas las mañanas hago mi propia readaptación. Llego pronto, desayunar, tratarme con los fisios. Hacer mi propia acepción y el trabajo que hago para todo el cuerpo, y luego salir a entrenar. También cuido mucho la alimentación y la suplementación, que también ayuda. Al final he incidido más en esas cosas y me está yendo bien, estoy contento. He contado mucho para el míster aunque haya momentos en los que no he jugado. Está siendo un año bueno.
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El lunes cumple 28 años, una edad ideal para un futbolista. ¿Se siente más maduro?
–Es normal que lo veas todo diferente a cuando debutas. Ya llevo bastante tiempo y más con el míster y el staff que tenemos que no paran de mostrarte vídeos para explicarte cómo sacar el balón jugado, cuál es el compañero libre. Eso lo vas viendo con el paso de los años. El contar con la experiencia de lo que has aprendido desde que empiezas hasta que cumples los 28 te ayuda. Tengo la suerte de contar con minutos y de vivirlo en el campo. Estando más o menos acertado, pero la verdad es que estoy contento.
¿Usted se veía como un central con condiciones para este estilo?
–Yo creo que se aprende mucho entrenando. Al final si el míster pide algo e incide mucho en ello, te adaptas y progresas siempre. Yo a Imanol le conocía ya de antes y sabía lo que podía pasar. No me sorprendió que nos jugáramos un pase o una pared en el área pequeña. El fútbol va avanzando y hace unos años quizá no se jugaba así, y ahora muchos equipos lo hacen y son valientes con el balón. Al final, como en todo en la vida, y evolucionas y te adaptas.
¿Y qué le queda por mejorar?
–Prácticamente todo. Para ser mejor jugador hay que mejorar en muchas cosas. Por decir algo, el ser más contundente en algunos minutos clave de los partidos, que a veces me ha costado.
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¿Piensa en dar un paso adelante en el liderazgo al no estar Mikel?
–No, yo siempre he sido así. He estado con todos los compañeros bien. Siempre he intentado en el campo ejercer de líder de la defensa, intentando ayudar a los compañeros, a los que tengo al lado y al mediocentro. Eso no va a cambiar en mí, por mucho que falte Mikel. Está claro que él es el lider, aunque no esté en el campo. Seguro que nos va a ayudar muchísimo desde fuera. Eso es algo irremplazable. Yo seguiré igual de cachondo y de vacilón, como siempre.
La última vez que le entrevisté bromeamos con que no marcaba y ahora se codea con Isak€ Lo suyo ante el gol es una cuestión de fe.
–Por momentos así lo he pensado y así me ha pasado, he intuido adonde iba el balón y he tenido la suerte de marcar, pero creo que es algo anecdótico. Es verdad que estoy contento, por todo lo que significa para mí marcar un gol, pero creo que los cuatro tanto de este año no van a volver a pasar, ojalá sí. Es una cuestión de fe, de creer que el balón va a ir ahí e intentar meterla.
Piqué dijo que si le ponen de 9 marcaría 20 goles. ¿Y usted?
–Eso no lo sé, pero quién sabe oye, igual hay que preguntarle al míster que me cambie el 6 por el 9 (risas).
Pareces Robin comentan cuando un compañero recibe un golpe en Zubieta; usted sin embargo es más de recibir que de dar.
–De todo un poco. Es verdad que en cada partido ha habido momentos que me llevaba un golpe, pero a veces se ha rascado en los entrenamientos y ha habido que pedir perdón (risas).
¿Intenta mantener ese ardor guerrero del aficionado en la grada de Riazor?
–Creo que esa foto me ha hecho daño. Parece que todos los años hay que recordarla, pero siempre lo he dicho que he sentido la Real desde muy pequeño, que por una foto no iba a cambiar nada, que siempre iba a sentir el escudo de la misma manera. He tenido la suerte de ser aficionado y poder vivir partidos fuera de casa e incluso en Anoeta y ahora jugarlos con esa camiseta. Es un orgullo. Ojalá sean muchos años más porque es algo que tienes en mente desde que debutas. Cuanto más años estés mejor porque deseas tener una larga carrera en el club de tu vida y ojalá sea así.
Un compañero de mi trabajo me comentó que el que más sentía a la Real del vestuario es Zubimendi...
–Eso seguro que lo piensa porque es Martín es donostiarra. No lo creo. Le gano por goleada (risas).
La Grada Zabaleta le espera para cuando se retire...
–No lo sé cómo va a estar mi vida, pero bueno sí que me gustaría animar a la Real desde el fondo o incluso desde algún otro sitio de la grada. Partidos no me van a faltar por ver, eso lo tengo claro. Ojalá todavía falte mucho para eso.
¿Le queda mucho por vivir en la Real?
–Ojalá. Estoy contento, tengo contrato hasta 2024 y ojalá se puedan cumplir mis sueños intentando estar lo máximo posible.
¿Sigue pensando en acabar su carrera aquí?
–Siempre he dicho que es lo que me gustaría. Me cuesta imaginarme en otro sitio, porque llevo desde los 12-13 años aquí. Son muchas horas, muchos días, y ahora mismo no veo otra vida que no sea la Real. Hasta que el club tenga ese deseo de que siga en el continuaré, sin duda.
¿Le duele no haber podido ser titular en la final de Copa?
–Jugué seis minutos (risas). Lo que tenía en mente en su día cuando me pasó lo del tobillo en Turín claro que te pones la fecha clave en mente, pero ni yo esperaba estar convocado el día de la final porque dos o tres semanas antes no había empezado a entrenar con el equipo y de la noche a la mañana dejó de dolerme. Por eso pude entrenar semana y media y estar disponible, pero llegó un punto en el que daba por hecho que no iba a estar. Pude jugar seis minutos y ya puedo decir que he jugado una final de Copa...
Otra final es muy factible...
–Ojalá y poder jugarla desde el inicio. Habla bien del equipo y de la ambición que tiene, pero sabemos que es muy complicado. Este año mismo lo hemos visto con el palo contra el Betis. Hay que pensar, ser ambiciosos pero con la cabeza fría,
¿Ha llegado a pensar a fijarse en las convocatorias de la absoluta?
–No lo tengo en la cabeza. Ojalá algún día pudiese conseguir eso pero creo que tengo que seguir trabajando mucho. Al final, si no te llega ningún mensaje es que no estás convocado. No es que me lleve chasco. Yo solo pienso en hacerlo lo mejor posible con la Real.
En la sub'21 ya jugó...
–Solo partido. Contra Noruega.
¿A quién marcó?
–No lo sé.
¡A un tal Sorloth!
–¿En serio? No tenía ni idea. Espera, ahora que lo dices, un día me enseñó un vídeo. ¡No me acordaba!
¿Cuál es su objetivo personal para este final de curso?
–Marcar diez goles más (risas). Sinceramente, intentar jugar los máximos minutos posibles porque en los últimos partidos he perdido protagonismo. Como jugador quieres jugar todo y puede ser uno de mis objetivos: jugar y ayudar al equipo todo lo que pueda dentro y fuera del campo y que cumplamos el objetivo colectivo.