La torre Martiartu, una de las huellas alzadas del Erandio del medievo, abrirá sus puertas el próximo jueves, día 19. El Ayuntamiento ha organizado nueve visitas gratuitas a lo largo de esa jornada que servirán, no solo para retrotraerse en el tiempo, sino para ver cómo los arqueólogos trabajan sobre el terreno. Y es que las obras de rehabilitación de esta torre ya han dado comienzo con las labores previas de investigación para poder dar forma al proyecto de intervención definitivo. Para acudir a la visita es necesario realizar una inscripción previa rellenando un formulario disponible en las redes sociales del Consistorio. Esta edificación situada en Goierri ya recibió a las mentes curiosas por conocer más de su pasado y ver su estado actual en las Jornadas de Patrimonio de 2021. Ahora, esta atalaya volverá a recibir visitantes. Será el próximo jueves, entre las 10.30 horas –primer recorrido– y las 17.20 horas –hora de inicio del último–. Se han organizado nueve sesiones de media hora de duración cada una y en cada turno, entrarán como máximo quince personas. Este es el link que es hay que rellenar para reservar plaza: https://form.jotform.com/sareaerandio/martiartu
La particularidad de esta iniciativa es que los arqueólogos se encuentran en la torre analizando detalles y descifrando sus secretos para que así queden actualizados todos los estudios históricos y arqueológicos del monumento. Se trata de un paso previo a las obras de recuperación de la torre propiamente dichas. El Ayuntamiento erandioztarra recibió en 2021 una subvención del Gobierno vasco para una remodelación que, entre otras cuestiones, conllevará consolidar la estructura, así como llevar a cabo la conformación de los forjados y la cubierta para poder adecuar el espacio a nuevas utilidades. Y es que la idea que sobrevuela por los regidores locales es dotar de uso a una edificación vacía, a la par que proceder a su rehabilitación, puesta en valor, promoción y difusión.
Su ayer
Este monumento data del siglo XVI. Tuvo un carácter tanto residencial como defensivo. De hecho, hasta su abandono, casi siempre estuvo habitada. La torre primitiva fue construida por el linaje de los Martiartu, que gozó de gran esplendor a partir del siglo XIV, fecha en la cual se levantó esta edificación, como símbolo de autoridad y de poder económico. Fue destruida durante las guerras de bandos a finales del siglo XV y vuelta a reconstruir a inicios del siglo XVI. Isidro Aretxabaleta y Mota fue su último propietario y la vendió al Ayuntamiento de Bilbao en 1948. En su fachada se puede observar una gárgola con forma de león y una ventana gótica. La torre está distribuida en tres plantas, con 18 metros de alto y 14 metros de ancho; los muros de sillería tienen una anchura de 2,40 metros.