Erandio está sumergido de lleno en el camino de la verdad, justicia y reparación para todas las personas que han sufrido algún tipo de vulneración de sus derechos humanos. “Primero, hay que conocer la verdad para llegar después a la justicia y la reparación”, subrayó ayer lunes Javier Buces. Él es investigador de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y es quien lidera el estudio en la localidad sobre memoria histórica y reciente –es decir, la que se refiere al conflicto político vasco desde todos sus prismas–. Este análisis, que sigue adelante, ha dado como primeros frutos la documentación de 825 víctimas, vinculadas de alguna manera a Erandio, y la recopilación de una decena de testimonios.
Los resultados cosechados hasta ahora se reflejan de una manera muy visual en la página web www.erandiooroimena.eus. Diferenciadas la memoria histórica y la reciente, en ambos apartados, se puede acceder a un buscador con el que localizar a esas más de 800 personas registradas cuyos derechos fueron arrebatados y que guardan relación con Erandio –bien por nacer allí, por vivir allí, por estar allí cuando ocurrió un atentado, etc.–. Se puede introducir el nombre, el primer o el segundo apellido. Hay 649 víctimas recogidas de la Guerra Civil y las primeras dos décadas de dictadura. Cada persona tiene una ficha con sus datos personales, las injusticias padecidas y los elementos que las prueban. Por ejemplo, está Inocencia Hernández García, que nació el 7-6-1925. “Niña de la guerra / 11 años en 1937. Crimen de lesa humanidad de persecución: depuraciones > exilio forzoso”, indica su ficha. O Juan Aguirre Lizaso. “Crimen de lesa humanidad de encarcelamiento u otra privación grave de la libertad física > Presos (de la comisión clasificadora u otro organismo). Autor: Tribunal Especial para el Espionaje. Fecha: 14-11-1947”.
Después, la página web muestra, en unos pocos casos, las biografías y también las experiencias narradas para este trabajo de indagación en concreto. Ello se completa con una contextualización de los periodos históricos y, además, en la sección dedicada al conflicto vasco hay una lista de 16 atentados contra bienes en la localidad –como batzokis, sucursales bancarias, monumentos...–. “Erandio es el primer municipio de Bizkaia en contar con esta herramienta; Galdakao también está en ello, pero Erandio ha terminado antes”, apuntó Buces. Y es que el Consistorio, como señaló la alcaldesa, Aitziber Oliban, tiene un “claro compromiso” con todo este tema. Por eso, empezó su alianza con Aranzadi hace dos años y de ella ya nació la investigación –del propio Buces– sobre las muertes de Antón Fernández y Josu Murueta en las movilizaciones del gas de 1969. De hecho, los testimonios de sus familiares están incluidos en este proyecto de Erandio Oroimena.
Otra de las aportaciones orales es la de Mariló Ayo Longa, hija de Emérito Ayo Llona y exiliada en Francia. “Mi aita murió en el frente de Nafarrate, el 19 de diciembre del 36; yo tenía 15 meses; a partir de ahí todo fueron penurias, porque evacuamos a Francia el 13 de junio en el Cabo Corona desde Santurce”, rememora. Sin embargo, después viajaron a Catalunya porque su tía no sabía nada de su marido y al terminar la contienda, “a todos los que no eran catalanes les mandaban venir a su tierra para saber si tenían delitos de sangre”, señala Mariló. Regresaron entonces a Erandio. “Al final, nos metieron en un furgón, igual que el que los alemanes usaban para llevar a los judíos a Auschwitz. No había luz, ni agua, nada... Al llegar a Miranda de Ebro, apareció un sargento con dos soldados que tenían sarna. Mi tía dijo que allí había niños y que no los metieran allí. El sargento cogió el mosquetón, le apuntó a mi tía y le dijo: Quítate de ahí, roja, que tendríais que estar todos muertos”, cuenta Mariló.
Más narraciones
Mientras que Imanol Ziarsolo Ormaetxe traslada las vivencias de su progenitora, Miren Iñake Ormaeche. Cuando muere su madre a causa de la metralla en un bombardeo, su padre decide enviarlos a su hermano y a ella a Saint-Jean-Pied-de-Port para ponerlos a salvo. Estuvieron dos años allí y a la vuelta su padre sufrió un grave accidente, por el que murió poco tiempo después. Miren estudió Magisterio y trabajó por primera vez en Erandio Goikoa. “Con las primeras ikastolas clandestinas, fue una de las primeras profesoras dedicadas a dar clases en casas particulares. Cada mes cambiaban de casa para no dar pie a denuncias por parte de los vecinos”, explica su hijo. Por su parte, Aintzane Bilbao Elorrieta es sobrina de Juan Luis Bilbao. “Un día mi aita no llegaba a casa. Le habían detenido por no saludar al guardia civil que estaba en la puerta del cuartel en el otro lado de la carretera”, desvela. Su padre no fue a combatir por ser menor de edad, pero su tío, sí. “Fue prisionero de guerra. Estuvo en un campo de trabajadores y contaba: No todos los que salíamos a trabajar volvíamos. Teníamos miedo a que nos pegasen un tiro desde un balcón”, afirma Aintzane.
El estudio sobre memoria histórica y reciente de Erandio sigue adelante. De hecho, la primera edil anima a los vecinos a participar “completando información, corrigiendo datos...”. “Vivimos en una sociedad madura capaz de conocer toda esta verdad”, sentenció Buces.
Los datos
La página web. El portal www.erandiooroimena.eus tiene un buscador de las 825 víctimas recopiladas hasta la fecha, además de una decena de testimonios, biografías y un contexto histórico.
Dos ‘memorias’. El estudio se centra tanto en la época de la Guerra Civil y las dos primeras décadas del franquismo, como en lo que se ha llamado el conflicto político vasco.
Adelante. El proyecto de investigación no ha terminado y desde el Ayuntamiento de Erandio animan a los vecinos a participar y aportar sus informaciones o experiencias.