Junts planteó ayer recuperar un espacio de dirección estratégica del independentismo –similar al Estado Mayor del procés que se preparó en la sombra el 1-O–, con el fin de retomar la necesaria unidad que se reclamó durante la Diada, y Esquerra recogió el guante. Primero fue la secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, quien reconoció la necesidad de “sentarnos, hablar y buscar soluciones”; y ratificó esta intención la portavoz de ERC, Marta Vilalta, abriéndose a abrir conversaciones con “todos los actores” y sumar otros que no han formado parte de estos espacios de coordinación en los últimos años. Un aval a la idea lanzada por el presidente de Òmnium, Xavier Antich, que solicitó “nuevas voces” que eviten la “tendencia autodestructiva” del soberanismo; al tiempo que el partido de Pere Aragonès rechaza el adelanto electoral, como soltó la ANC en caso de que no pueda reconducirse el proyecto. “En el contexto en que nos encontramos sería absolutamente irresponsable”.
Esquerra cree que deben iniciarse primero contactos bilaterales para luego buscar otras fórmulas a las que se han utilizado en los últimos años: “Seguramente las herramientas que ya existieron se deben reconvertir, se deben actualizar y adaptar al escenario actual”, valoró Vilalta, que se aferró también a la mesa de diálogo porque, en este momento, “no tenemos ninguna otra alternativa que podamos confrontar. Todos aquellos que quieran contribuir a ver cómo podemos ponernos de acuerdo y cómo es mejor transitar hacia la república catalana, si tienen ideas que las lleven”, zanjó. ERC dice que toma nota de las “críticas constructivas”, que las contrapone a “las zancadillas internas o reproches mutuos”. “Lo que debe hacer el Govern es gobernar, ayudar a la gente en el día a día y trabajar también para hacer posible la república catalana”, subrayó.
Así se expresó poco después de que la líder de JxCat, Laura Borràs, avisara de que es “perfectamente posible” que su formación deje el Ejecutivo porque “no se están cumpliendo los compromisos”. Vilalta respondió apelando a la “responsabilidad política”. “Cuanto más consensuados estemos y más estabilidad política garanticemos, más útiles podremos ser. Hay un acuerdo de coalición con muchísimo trabajo por hacer y pedimos corresponsabilidad para tirar adelante el país”, replicó la republicana.
En Junts anidan dos almas, la de la suspendida presidenta del Parlament y la del secretario general, Jordi Turull, quien precisó que “antes de dar un portazo, hay que intentar solucionarlo. Nos iremos viendo con ERC para ver si, hasta el debate de política general, nos ponemos de acuerdo en lo que vemos diferente”. “Tras la Diada, urge constituir ese nuevo espacio estratégico”, confesó, haciendo alusión, sin entrar en detalles, a que JxCat, ERC, CUP, ANC, Òmnium Cultural y el Consell per la República dejaron de reunirse hace un tiempo.
Reproches
Desde Esquerra advierten de que la independencia es imposible sin ellos, “y no la haremos con este desgaste y este debate interno tan degradante. La independencia la haremos volviendo a las manifestaciones del millón y medio de personas que nos llevaron al 1-O y a pasar de diez a 70 diputados en el Parlament”, sostuvo Rovira. Vilalta añadió que “no se logrará con proclamas simples y gritando muy fuerte”. “Aquellos que creen que ya se puede hacer una DUI que digan cómo y cómo se puede sostener”, recalcó. Pero la ausencia de ERC en el acto central de la Diada sigue causando resquemor. “La pregunta que nos tenemos que hacer es qué nos está pasando y qué pasa por la cabeza de algunos dirigentes para que en 2022, cinco años después del 1-O, el principal partido independentista no haya querido participar de las grandes movilizaciones, de las cuales fue promotor”, espetó el exsecretario general de Junts, Jordi Sànchez. “La función de los movimientos sociales, y la ANC –de la que fue presidente–, es presionar”, corroboró.