El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, advirtió ayer del riesgo de una nueva catástrofe nuclear que podría derivarse de la invasión rusa en Ucrania, donde se hallan varias centrales atómicas, objetivo de combates.
“No queremos un nuevo Chernóbil”, dijo Erdogan en una declaración que leyó al término de su reunión trilateral en Leópolis con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, y el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres. El encuentro duró aproximadamente 40 minutos
Erdogan subrayó que “preocupan los combates que continúan alrededor de la central nuclear de Zaporiyia”, situada en el sureste de Ucrania y controlada por tropas rusas.
Los tres dirigentes compartieron su preocupación por las crecientes tensiones en torno a la central nuclear, donde autoridades rusas y ucranianas anticiparon una posible “provocación” del bando rival. Guterres insistió en que cualquier ataque sobre estas instalaciones sería “suicida”.
Guterres pidió tras la reunión que haya un acuerdo para que la central nuclear sea utilizada como una infraestructura civil y que se pueda garantizar la seguridad de la zona. “La instalación no debe ser utilizada como parte de ninguna operación militar. En cambio, se necesita con urgencia un acuerdo para restablecer Zaporiyia como infraestructura puramente civil y garantizar la seguridad de la zona”, dijo.
“Una misión de investigación debe tener libertad para encontrar los hechos. El equipo debe ser capaz de analizar la información necesaria. Eso significa acceso seguro, protegido y sin restricciones a personas, lugares y pruebas sin interferencia de ninguna de las partes”, explicó.
La intervención de Guterres empezó refiriéndose a la situación de seguridad alimentaria e insistió en que “no habrá solución a la crisis alimentaria mundial sin garantizar el pleno acceso mundial a los productos alimenticios de Ucrania y los alimentos y fertilizantes rusos”.
Exportación segura
El presidente turco subrayó el éxito del acuerdo firmado por Kiev y Moscú en Estambul el mes pasado, que permitió la exportación segura de cereales ucranianos, y recordó que hasta ahora han salido de los puertos ucranianos unos 25 buques con un total de 625.000 toneladas de productos agrícolas.
“Personalmente estoy convencido de que esta guerra llegará a su fin en una mesa de negociaciones, y Zelenski y Guterres comparten esta idea”, dijo Erdogan.
Asimismo, pidió “reactivar” las negociaciones de paz que tuvieron lugar en Estambul en el mes de marzo y reiteró su disponibilidad como mediador para llegar a un acuerdo de intercambio de prisioneros de guerra. Agregó que evaluaría con el presidente ruso, Vladímir Putin, los resultados de la conversación trilateral en relación a la posibilidad de efectuar ese intercambio.
El presidente turco, que llegó al mediodía a Leópolis tras volar al aeropuerto de Rzeszow en Polonia y trasladarse por carretera a la ciudad ucraniana donde tuvo lugar hoy la cumbre, regresó ayer por la noche a la capital turca.
Críticas a Guterres
Los dirigentes prorrusos de Energodar, la ciudad más próxima a la central nuclear de Zaporiyia, criticaron duramente a Guterres por “ponerse del lago de Ucrania” en la situación en torno a la instalación atómica.
“Su visita a Leópolis y Odesa demuestra claramente que él juega de un lado, de un lado muy concreto”, señaló Vladímir Rogov, jefe de la administración de Energodar.
“Sinceramente, no entiendo bien las acciones de Guterres, sería mejor que visitará Jersón, Melitópol o Energodar (todas bajo control ruso) para ver cómo los bombardean las tropas de Zelenski, vea el terrorismo nuclear en acción y luego se reúna con el presidente ucraniano para preguntarle sobre estos hechos”, afirmó.
Rogov también llamó a Guterres a visitar la central de Zaporiyia, pero opinó que el dirigente de la ONU hará “caso omiso” a esta invitación.
Sin diálogo
Zelenski, que inicialmente recibió por separado a sus dos invitados en la ciudad de Leópolis, coincidió con ambos en que es posible un diálogo, pero por ahora no hay indicio alguno de que este vaya a llegar, a pesar del acuerdo para la exportación del grano en el que Turquía y la ONU ejercieron de mediadores.
En esta misma línea, Erdogan apuntó que durante el encuentro tripartito de ayer se evaluaron varias opciones que implican transformar esta “atmósfera positiva” en “una paz permanente”.