El presidente turco, el islamista conservador Recep Tayyip Erdogan, acusó ayer a la oposición de “injurias” por afirmar que el Ejército turco estuvo ausente en los trabajos iniciales de rescate tras los devastadores terremotos del lunes pasado. En una declaración pública, realizada en la ciudad de Antioquia, en la región de Hatay, la más afectada por los seísmos, el mandatario aseguró que solo en esa región hay ahora más de 20.000 soldados que ayudan en los trabajos de rescate. “Esto es un periodo de unidad. Sigo sin soportar que aquí se hagan campañas negativas por simples intereses políticos. Si no fuera responsable debido a mi cargo, hablaría de otra manera”, manifestó.
Ayudas económicas
Erdogan reconoció que inicialmente tuvieron algunos problemas en las tareas de rescate. “El primer día hubo algunos problemas, pero el segundo y hoy las cosas están bajo control. Empezaremos a retirar los escombros y nuestro objetivo es reconstruir las viviendas de Kahramanmaras y las otras ciudades afectadas en el plazo de un año”, prometió.
Asimismo, el presidente turco anunció que cada familia damnificada por los terremotos registrados el lunes en el sur del país, cerca de la frontera con Siria, recibirá 10.000 liras turcas (cerca de 500 euros), al tiempo que adelantó que Ankara lanzará “operaciones masivas de vivienda” en las diez provincias afectadas.
“Nuestros ciudadanos no deben preocuparse. Nunca permitiremos que se queden en la calle”, manifestó, antes de incidir en que las víctimas pueden alojarse por ahora en varios hoteles en las provincias de Antalya, Anlanya y Mersin. “Tenemos una capacidad significativa de habitaciones (en hoteles). Si nuestros ciudadanos no quieren quedarse aquí en tiendas de campaña, les buscaremos acomodo en hoteles”, prometió. Así, incidió en que “se les entregará alojamiento, comida y otras cosas gratis allí”. “Puede ayudarnos (alojar a parte de los damnificados en estos hoteles). Nuestros trabajos se acelerarán”, explicó.
Decenas de miles
Mientras, la cifra de muertos aumentó ayer a casi 12.000, según los balances publicados hasta la fecha, que incluyen más de 9.000 fallecidos en territorio turco.
La Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), dependiente del Ministerio del Interior turco, señaló que “después del primer terremoto se registraron otros 648, siendo el de mayor magnitud uno de 7,6 con epicentro en Elbistan”, antes de confirmar que en las zonas afectadas se encuentran desplegados más de 96.600 agentes, trabajadores de organizaciones no gubernamentales, equipos de búsqueda y rescate y voluntarios. Turquía ha creado además un puente aéreo para el traslado de personal y materiales desde Estambul, Ankara y Esmirna.
En este contexto, el Gobierno ha creado un Centro de Gestión de Crisis en el Ministerio de Defensa para “enfrentar este gran desastre”, con el fin de transportar al personal y el equipo de rescate a través de un puente de ayuda aérea.
El mandatario turco declaró el martes el estado de emergencia durante tres meses en las diez provincias afectadas por los terremotos. “Estamos haciendo frente a uno de los mayores desastres no solo en la historia de la República, sino también de la región y del mundo”, manifestó.
Situación en Siria
Por su parte, el seísmo ha dejado, por el momento, 1.262 muertos y 2.285 heridos en las zonas de Siria controladas por las autoridades, según datos del Ministerio de Sanidad sirio recogidos por la agencia estatal siria de noticias, Sana. Estos datos corresponden a las provincias de Alepo, Hama, Latakia, Tartus y las zonas de Idlib en manos de las fuerzas gubernamentales.
“Estamos en una carrera contra el tiempo y trabajando con las máximas energías disponibles y con la cooperación de todas las partes”, reza un comunicado del Ministerio de Sanidad sirio, que señala que el Ejecutivo del país han repasado las medidas de emergencia que rigen la situación.
El primer ministro sirio, Husein Arnus, se trasladó ayer a la provincia de Latakia para supervisar los trabajos de búsqueda y rescate en la capital provincial, la homónima Latakia. Allí recibió información de las autoridades locales sobre los trabajos en marcha y se reunió con varios residentes en el barrio de Raml al Shamali, según recogía Sana.
A las cifras gubernamentales sirias hay que sumar más de 1.280 muertos y 2.600 heridos en las zonas controladas por los rebeldes en las provincias de Idlib y Alepo, según manifestó la Defensa Civil de Siria, conocida como Cascos Blancos, a través de su cuenta en Twitter, donde insistió en que “se espera que el balance aumente significativamente, ya que cientos de familias permanecen atrapadas bajo los escombros más de 50 horas después del seísmo”. Por último, señalaron que más de 360 edificios han quedado completamente destruidos, mientras que más de un millar están “severamente destruidos”.