La manera de trabajar ha ido cambiando. Estar más pendientes de los trabajadores, de su bienestar y de su satisfacción es la clave de la felicidad laboral.
Este cambio se juntó con la llegada de la pandemia; a partir de 2020, el teletrabajo se ha puesto de moda y también es una manera de que las empresas consigan que los empleados trabajen más a gusto desde sus casas.
Las nuevas generaciones están poniendo un punto y final al horario estándar de oficina (de 9 a 5) para poder trabajar en base a su biología natural. El llamado coworking, o cronotrabajo, está siendo la clave del éxito laboral.
Las empresas que ya utilizan este método se enfocan en que sus trabajadores sepan cuándo llegan a su pico natural de productividad y, a partir de ahí, conseguir empleados más eficientes.
Grupo de personas celebrando en el trabajo.
Las profesiones que se basan en el cronotrabajo no tienen horarios fijos y esta es la principal ventaja, ya que a partir de ahí los trabajadores deciden a qué horas quieren trabajar. Para ellos puede ser una manera de organizar el tiempo libre y de ocio, pero también está comprobado que genera un ambiente más fructífero. Al decidir su horario, pueden planificar cuándo hacer las tareas más exigentes o las más sencillas, y esto depende del nivel de cansancio y del nivel biológico de sus horas cronotópicas.
Horas cronotópicas
Estas horas son las más productivas en tu biorritmo personal. Son cuando tu mente es capaz de trabajar con una mayor concentración. Claramente esto varía según la persona. A esto se añaden los ciclos circadianos, el reloj interno que nos marca cuándo necesitamos dormir. Esta variación genética debe tenerse en cuenta a la hora de asegurarnos cuáles son nuestras horas de rendimiento máximo.
Cronotipos naturales
Los ciclos circadianos dan paso a cuatro tipos distintos de cronotipos naturales. Estas divisiones explican el tipo de productividad y de horario nocturno que necesita cada persona. Estos cronotipos se dividen en oso, león, lobo y delfín, y están basados en los estudios del Dr. Usman Qureshi.
Mujer apagando el despertador desde su cama.
- Osos. Son los más comunes, ya que más de la mitad de la población se pueden identificar con este animal. A estas personas les encanta dormir, pero son madrugadoras para que sus horas de productividad, entre las 10 y las 14, sean eficientes.
- Leones. Como buenos líderes, los leones son propensos a aprovechar al máximo el día. Madrugadores y provechosos, dan el máximo de ellos durante las primeras horas del día para poder bajar el ritmo tras la hora de comer.
- Lobos. Los lobos o los búhos nocturnos son los más perezosos, y tampoco se van a una hora razonable a la cama. Por las noches se sienten más productivos e ingeniosos, y les cuesta seguir el horario regular de trabajo.
- Delfines. Tienen problemas para conciliar el sueño y llegan a padecer de insomnio, lo que produce un sueño ligero y nada reparador. Se levantan con facilidad por la noche al no poder disfrutar de su sueño, pero madrugan lo máximo que pueden para sentirse provechosos.
Beneficios
El beneficio más claro del cronotrabajo es la elección propia de los horarios laborales, pero no puede pasar desapercibido la ayuda que esto genera a la disminución de estrés y ansiedad. Esto crea trabajadores más comprometidos y partícipes con los proyectos empresariales.