Vida y estilo

‘Eric’: un monstruo viene a ver a Benedict Cumberbatch

La miniserie de Netflix cuenta la historia de un matrimonio en crisis afectado por una situación dramática
Gaby Hoffmann y Benedict Cumberbatch en 'Eric'. / Netflix

Un niño desaparecido, un matrimonio en proceso de descomposición y un teleñeco monstruoso que cobra vida en la mente del torturado protagonista son los ingredientes de ‘Eric’, la nueva miniserie de Netflix que viene avalada por Abi Morgan, la creadora de la estupenda serie de abogados The Split (disponible en Filmin).

Nueva York, años 80. Benedict Cumberbatch, cuya habilidad para encarnar complejos y multifacéticos como el de Sherlock Holmes, es Vincent, creador de Good Day Sunshine, un show similar a los Muppets de Jim Henson que es todo un éxito. Un día, su hijo Edgar (Ivan Morris Howe) le propone crear un nuevo personaje –de nombre Eric- pero antes de poder convencer a su padre desaparece sin dejar rastro cuando iba camino del colegio.

Vincent emprende entonces una búsqueda desesperada del pequeño ayudado por un tenaz policía (McKinley Belcher III), convencido de que si el monstruo peludo y con enormes colmillos en el que estaba trabajando Edgar aparece en su programa, el niño volverá. Su obsesión es tal que Eric -un muppet muy similar a los de Donde viven los monstruos- acaba cobrando vida en su mente cada vez más alterada. Mientras, tendrá que lidiar con sus problemas con el alcohol y las discusiones cada vez más habituales con su mujer Cassie, interpretada por Gaby Hoffmann, quien debutó como actriz con solo 7 años en Campo de sueños, con Kevin Costner.

 Entre la realidad y la locura

Eric es más que un simple thriller sobre la desaparición de un niño. Es una exploración profunda de la mente humana y los efectos devastadores del trauma y la desesperación. La serie aborda temas como la salud mental, la pérdida y el duelo, y la línea tenue entre la realidad y la alucinación. La narrativa está estructurada de manera que mantiene al espectador constantemente cuestionando lo que es real y lo que no, con giros inesperados y revelaciones impactantes. Un rompecabezas en el que finalmente todo acaba encajando, aunque no lo parezca.

Una trama envolvente ejecutada de forma impecable. Destaca la dirección, con una meticulosa atención a los detalles visuales y emocionales. La fotografía emplea una paleta de colores fríos y oscuros que reflejan el estado emocional de los personajes, mientras que los encuadres y movimientos de cámara intensifican la sensación de claustrofobia y paranoia.

La música también es fundamental. El score de Keefus Ciancia, autor de las bandas sonoras de series de prestigio como Killing Eve o La caza, es inquietante y atmosférica. Complementa perfectamente el tono oscuro de la ficción. Las composiciones originales, combinadas con una cuidadosa selección de piezas musicales, dan empaque a las escenas clave, subrayando las emociones y elevando la tensión narrativa.

Pero por si algo brilla Eric es por sus interpretaciones. Cumberbatch ejecuta una composición conmovedora y auténtica de un hombre atrapado en un torbellino de dolor y desesperación. Gaby Hoffmann, por su parte, borda el papel de una artista consumida que tiene sus propias sospechas sobre la desaparición de Edgar.

11/06/2024