Erika Mugartegi y Arai Lejardi, campeonas del Women Winter Series

Erika Mugartegi y Arai Lejardi tienen 14 y 16 años, respectivamente, pero sus estrellas brillan ya en el firmamento de la cesta punta. A las markinarras todavía les queda mucho camino por recorrer, pero cuentan con la vitola de haberse proclamado este lunes campeonas del primer Women Winter Series de la historia. La zaguera vizcaina, además, lo hizo inmediatamente después de recibir el premio Izar Gaztea de manos de la Diputación de Bizkaia. Fue la más regular del encuentro del frontón Ezkurdi de Durango. Un destello. Rutilante.

De su cemento se construye un título que servirá para abrir camino y establecer una hoja de ruta para las mujeres. Erika se aprovechó con una versión segura y sobria. Son jóvenes aún, pero el destino reposa sobra sus hombros. También en los de Maite Ortiz de Mendibil, cuya forma de buscar el cuero y rematar, descubre un cordón umbilical con el mimbre tremendamente orgánico. La campeona del mundo en Biarritz vivió un encuentro a contrapelo, porque sus rivales tenían clara la hoja de ruta: desmontar a Maialen Aldazabal, porque la de Andetxa es muy peligrosa. De hecho, la alavesa cruzó los mejores remates de un encuentro con más emoción que brillo. Hubo demasiados palos que frenaron la euforia, pero el Ezkurdi en pie –650 espectadores que llenaron hasta la bandera el recinto durangarra– despidió a las cuatro. Las finales no siempre son brillantes. 

Necesitaron las de Markina dos volteretas para besar la lana. En el primer joko, remontaron un 10-8 para acabar 12-15; en el segundo, entretanto, vivieron en el filo de la navaja con un 14-13 que solventaron con poso de veteranía. En definitiva, con las ideas claras, en una versión robusta –Erika buscó el rebote en todo momento–, las vizcainas atraparon en la red a Aldazabal en el acoso y derribo, desnortando la calidad de Maite. El plan perfecto. Dos por uno.

En la apertura, Erika, potente, y Arai, elegante, esbozaron las líneas maestras: ni arte ni ensayo. Hubo abrazo en el quinto, séptimo, octavo, undécimo y duodécimo cartón. Maialen aguantó las embestidas, pero, obligada, cometió errores. 12-15.

En el segundo, más peloteado y espectacular, Maite quiso imponer su dentellada, aunque, bailando a contrapelo, le fue imposible. Logró poner su firma cuando las markinarras no pudieron evitarla. Las coloradas rozaron el desempate: 14-13, pero dos yerros de Aldazabal tras un bombardeo –el respetable la ovacionó en el 14-14– zanjaron la final.