gasteiz – La Ertzaintza está ultimando el atestado sobre la oleada de sabotajes contra los batzokis con carteles firmados por Ernai, las juventudes de la izquierda abertzale. En esos carteles se arremete contra los agentes de la Policía vasca tildándolos de psicópatas o perros, y han motivado que la Ertzaintza abra diligencias de investigación por un presunto delito de odio. Está ultimando ese atestado con la intención de presentarlo ante la Fiscalía. Con independencia de lo que pueda decidir el juez sobre el presunto delito de odio, la Consejería de Seguridad tiene claro que, como mínimo, existe un mensaje de odio amparado a nivel político por las más altas estructuras de la izquierda abertzale, más allá de las juventudes de Sortu, y que genera una escalada de crispación muy arriesgada que debería frenarse inmediatamente porque no se sabe en qué puede desembocar.
El también vicelehendakari primero, Josu Erkoreka, señala al coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi. Cree que abrió la veda con unas declaraciones vertidas a mediados de marzo en Radio Euskadi en las que aseguró que gran parte de la población rechaza a la Ertzaintza. Además, en una organización caracterizada por su "control interno", una acción reivindicada por Ernai "es, en el fondo, asumida por la izquierda abertzale". Consideró que hostigar a una de las principales instituciones de autogobierno es impropio de un partido que aspira a gobernar y que, en cierto modo, esta conducta "inhabilita" a EH Bildu para tal cometido.
En una entrevista en Onda Vasca, argumentó que todo comenzó con las palabras de Otegi, siguió con una campaña de carteles y comentarios en Twitter con un mensaje "explícito de odio que afirmaba que todos odiamos a la Policía", y cabe preguntarse en qué va a desembocar esta escalada. "¿Cuál es el tercer paso?", se preguntó. Recriminó a Otegi que el jueves evitara una "desautorización clara, explícita y con una orden". Otegi dijo que se muestra en desacuerdo con que "se hagan cosas" en los batzokis, pero vio una estrategia de medios de comunicación y del PNV para desviar la atención sobre los problemas del país.
La investigación se ciñe a Ernai porque firma los carteles y eso la convertiría en la autora confesa, aunque a nivel político se pide responsabilidad a Bildu. El PNV denunció hace unos días que Bildu respondió con un "me gusta" a un vídeo de un ataque en Algorta, y atribuye esta campaña a sus contradicciones y descontentos internos entre la pulsión antisistema y la que quiere ser alternativa institucional. La apertura de diligencias de investigación no ha frenado la campaña de Ernai, que en la madrugada de ayer empapeló Bergara con pancartas que decían que la juventud ha juzgado a la Ertzaintza, y da la sensación de que no espera represalias judiciales porque el delito de odio (artículo 510 del Código Penal) está vinculado a colectivos vulnerables o cuestiones de racismo y discriminación sexual. Pero Erkoreka matizó que la Ertzaintza está afectada por cierta vulnerabilidad por su grado de exposición pública. El caso vasco sería singular por las décadas de violencia.
Los sindicatos de la Ertzaintza ven una campaña de acoso y creen que se retrotrae a la época del estado de alarma y a la resistencia activa con lanzamiento de objetos y material pirotécnico que se encontraban a la hora de disolver determinados botellones. El punto de inflexión se produjo en las recientes concentraciones de Ernai en Bilbao y en Gasteiz, donde tiraron colchones a la calzada y al tranvía para obstaculizar el tráfico y se produjeron forcejeos. El atestado podría presentarse en la Fiscalía de Araba porque Gasteiz fue el origen de los incidentes, aunque los sabotajes han sido más intensos en Bizkaia, en 14 batzokis.
la Ertzaintza, bien vista Erkoreka llamó la atención sobre el hecho de que "una formación política se reivindique como alternativa de Gobierno y, al mismo tiempo, esté manifestando una animosidad tan relevante, una animadversión tan contundente y abierta contra una de las instituciones del país, uno de los pilares del autogobierno, como es la Ertzaintza". Sobre las palabras de Otegi, quien se mostró en desacuerdo con que "se hagan cosas" en las sedes de los partidos, dijo que esos "desmarques no entrañan una desautorización clara, explícita y una orden" a sus juventudes. "Todos sabemos que las juventudes oficiales de la izquierda abertzale no se mueven sin el visto bueno de sus mayores. Es una organización que no se caracteriza precisamente por su falta de control interno en relación con el alcance y límite de las actuaciones de las personas que integran el colectivo", dijo. Tras lamentar que "todavía siguen aquejados de un fondo de intolerancia respecto a la pluralidad política", desmintió que la Er-tzaintza despierte rechazo en gran parte de la población recurriendo a los datos de las convocatorias de las ofertas públicas de empleo.
Dijo que, en el proceso selectivo abierto a principios de año, en plena "contracampaña contra la Ertzain-tza", se presentaron 7.000 aspirantes. "No me salen las cuentas. Si hubiese habido 200 aspirantes, probablemente la convocatoria habría sido un fracaso, pero fue un éxito", zanjó. Consideró que, cuando se utiliza la frase todos odiamos a la Policía con la fotografía de la Ertzaintza en la que "la cabeza del titular es sustituida por la cabeza de un perro rabioso que ladra con un gesto amenazante, es una imagen que, proyectada sobre cualquier otro colectivo vulnerable, nadie pondría en duda de que se trata de un mensaje explícito de odio y, probablemente, un incidente delictivo de odio". Aun así, aclaró que serán los jueces los que decidan y que lo que sí tiene claro es que "es un mensaje de odio y descalificación" hacia las personas que forman parte de la institución.
"Se reivindica como alternativa y al tiempo muestra animadversión a una institución del país"
"Se han presentado 7.000 aspirantes a la Ertzaintza en mitad de esta contracampaña"
JOSU ERKOREKA
Vicelehendakari, consejero de Seguridad