Anne Otegi, que capitanea la cocina del espacio Elikaenea ubicado en el mercado de Oxirondo, se ha enfundado este sábado el mandil en la plaza San Martín de Bergara para preparar sabrosos aperitivos en vivo y en directo. Muchas han sido las personas que se han acercado a curiosear y la mayoría, además, ha terminado dándole un capricho al paladar en forma de pequeño bocado. Esta demostración culinaria es una de las actividades que se han salido del guión dentro de un menú que, en líneas generales, repite siempre sus ingredientes. Porque no fallan y porque Erramu Zapatua seduce por igual a niños, niñas, jóvenes y adultos.
La localidad mahonera se viste de feria a las puertas de la Semana Santa. Animales, artesanía, maquinaría y productos de alimentación son los grandes reclamos en los distintos escenarios festivos. Entre el ganado, las vacas, un número más reducido que en años anteriores, han acaparado las miradas de los txikis, que también se han tomado su tiempo para observar los ejemplares de raza caprina, ovina y caballar que se han expuesto en el patio del Real Seminario; punto de encuentro de la artesanía, al igual que la Herriko plaza.
Los secretos de las abejas
Bisutería, papelería, bolsos, alpargatas, cestas de mimbre, ungüentos… Lo propio, hecho a mano y tradicional ha ofrecido un variado muestrario, mientras el apicultor Erlantz Olabarria desgranaba los secretos del mundo de las abejas, atrayendo las miradas infantiles. “¡Ahí está la reina!”, exclamaba con espontaneidad un niño que había seguido con atención las explicaciones del experto.
Tampoco han faltado los imprescindibles talos y pintxos de pollo de caserío, junto con los ritmos de la trikitixa y las dantzas. En definitiva: el tiempo ha acompañado, el público ha respondido y Erramu Zapatuko feria sigue brillando.