Es una escena muy habitual. A la hora de comer, cuando la familia se ha reunido, el perro o el gato se acercan a la mesa para ver si cae algo. Si están bien educados, se limitarán a tumbarse a un lado o debajo dela mesa, si están consentidos mirarán fijamente y por turnos a cada uno de los comensales hasta que a alguno se le ablande el corazón y les obsequie con algo.
Uno de esos algos suele ser un trozo de pan, a veces con sustancia y otras solo. Al margen de la conveniencia de darles un bocado mientras estamos a la mesa, que no suele ser una buena idea ya una vez cogida la costumbre, cuando haya invitados, sobre todo en estas fechas de reuniones familiares y de amigos, puede haber comensales a los que resulte muy molesto tener un perro o un gato rondando a su alrededor, la duda es si el pan es bueno para su salud o no.
¿Se les puede dar pan?
Está muy extendida la idea de que el pan es malos para gatos y perros, pero también hace un tiempo era costumbre darles las sobras y, en concreto los perros, no hacían ascos al pan. Y aparentemente no les pasaba nada.
Lo que realmente ocurre es que depende. Depende del animal y depende de la cantidad. En principio no les hace daño y pueden comerlo sin problemas siempre y cuando sea algo ocasional y en pequeñas cantidades. Además, lo que sí es importante es que sea un trozo limpio, sin salsas ni otros complementos.
Los perros son bastante omnívoros, pero su dieta se basa mayoritariamente en las proteínas de origen animal, grasas, vitaminas y minerales. El pan está compuesto de hidratos de carbono, algo que su organismo tolera pero si no es demasiada cantidad. Algo similar sucede con los gatos, que todavía son más estrictos en su dieta carnívora.
Los carbohidratos del pan, como los de la pasta y del arroz, al final del proceso digestivo se transforman en azúcares y un exceso de este producto puede elevar su glucemia y acabar provocándoles diabetes. Además también existe el riesgo de obesidad y esto es un factor de riesgo para los animales. Así, aun siendo fuente de energía, deben ser ofrecidos con moderación o en momentos muy puntuales para evitar problemas.
Además hay que tener en cuenta que el pan, entre sus ingredientes habituales puede llevar sal y azúcar, que en los panes más industriales suele ser bastante cantidad. Por ello, puestos a darles, cuanto más artesanal sea el pan, mejor pero hay que estar muy atento a los aditivos industriales como conservantes y colorantes, así como otros leche, huevo o manteca, que pueden provocar reacciones alérgica en los animales.
Perros celiacos
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que los perros también pueden ser celiacos, sufrir de intolerancia al gluten. Si ya es difícil detectarlo en los humanos, aunque cada vez se busca antes, en los perros es muy difícil, por ello debemos estar atentos a los siguientes síntomas y acudir al veterinario si los detectamos.
- Vómitos y diarrea. El organismo tratará de expulsarlo lo que le hace daño a través del vómito y la diarrea al poco tiempo de comer. Si son muy habituales, acudir al veterinario.
- Picor. Suele darse sequedad e irritación en la piel. Hay que vigilar si se lame más de lo normal, especialmente en la zona del ano o si se lo rasca mucho con el suelo.
- Problemas respiratorios. La intolerancia puede causar inflamación, picor y estornudos, irritando su garganta y fosas nasales.
- Convulsiones. Es la consecuencia más grave, y hay que acudir con urgencia al veterinario. Puede que no sea celiaquía, pero grave seguro.