Su descubrimiento ha permitido diseñar terapias novedosas que ya se han empleado con éxito en la vacuna anti Covid-19, pero en un futuro cercano lo veremos expandirse para tratar otras enfermedades víricas, el cáncer, la autoinmunidad o los trastornos neurodegenerativos. Su tesón ha conseguido que se salven millones de vidas. Un ejemplo y un estímulo. “Mi deseo es que mi investigación se utilice cuanto antes en los pacientes”, dice sonriente el científico Robert Langer, que ha sido distinguido este año con el premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biología y Biomedicina.
PERSONAL
Fecha y lugar de nacimiento: Albany (Nueva York, EE.UU.), 1948.
Formación: Licenciado en Ingeniería Química en la Universidad Cornell (Ithaca, Nueva York). Doctor por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Trabajo: Institute Professor en el MIT. Trabaja en el Instituto Koch para la Investigación Integrativa del Cáncer y en el Programa Harvard-MIT en Ciencias y Tecnología de la Salud.
Trayectoria: Trabajó en el Departamento de Ingeniería Química y en el de Ingeniería Biológica del MIT. Es miembro de la División de Ciencias y Tecnologías de la Salud Harvard-MIT muy reconocido por sus aportaciones a los sistemas de administración de fármacos e ingeniería de tejidos. Es cofundador y miembro de juntas directivas de numerosas empresas internacionales de biomedicina y biotecnología, como Moderna, Living Proof, Momenta y Frequency Therapeutics.
Publicaciones: Es autor de más de 1.500 artículos científicos y 16 libros, y tiene más de 1.370 patentes utilizadas por unas 400 empresas.
¿Podría describir lo que siente cuando ve que sus nanopartículas cargadas de ARNm están salvando a millones de personas en todo el mundo? ¿Esto compensa los esfuerzos y sinsabores que haya tenido en su carrera?
La respuesta de mis sentimientos es un compendio de todo eso y mucho más. Así lo entendí cuando nos dijeron que nadie había muerto en los ensayos clínicos y que había una efectividad del 94-95% en nuestra vacuna. Fue una gran alegría para todos quienes habíamos participado en la producción de la vacuna, para todos los que habíamos intervenido en todos los niveles, no únicamente para los que estuvimos con Moderna. Fue un momento en el que a todos los científicos del mundo nos hizo pensar y sentir que la ciencia puede hacer el bien. Si además lo vives de primera mano te produce una alegría indescriptible, porque ves el impacto en la salud y la vida de millones de personas.
Aquellos trece proyectos iniciales suyos sobre nanopartículas para los que le negaron ayuda económica, ¿son hechos ya olvidados, o es conveniente no olvidarlos para que no se repita el mismo error ante nuevos descubrimientos e investigadores?
Yo no lo olvido, y de hecho me acuerdo de eso muchas veces. Es importante no olvidarnos y darnos cuenta de que a menudo habrá muchas personas que no van a estar de acuerdo con tus ideas. Eso no quiere decir que no tengas que intentarlo y progresar si crees en esas ideas. Yo sigo recibiendo rechazos continuamente para ideas mías nuevas; preferiría que no fuera así, pero no me desanimo, porque también logro financiación para otros proyectos. Pero sí, resulta difícil olvidar los rechazos.
Hablamos y oímos hablar de micro y nanopartículas, pero los no entendidos nos preguntamos cómo de pequeñas son, qué forma tienen, de qué material están hechas y cuál es su naturaleza química.
Las nano y las micropartículas se refieren al diámetro de la partícula; nano es más pequeña que micro. Las más frecuentes son esféricas, algunas están compuestas por polímeros de plástico, algunas de lípidos, pero hoy se están fabricando casi de cualquier compuesto. Pero las más comunes son de polímeros lipídicos.
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Una pregunta de 1º de Bioquímica: ¿cómo y por qué se le ocurrió investigar sobre transportadores de moléculas? ¿Qué moléculas esperaba que sus nanotransportadores pudieran acarrear, cualquier tipo de sustancia?
Yo empecé en 1974. Estaba intentando desarrollar una manera de estudiar los vasos sanguíneos que crecen y su forma de crecer, y estaba buscando una forma de detener el crecimiento en esos vasos. Las moléculas que estábamos examinando eran muy grandes, así que debíamos tener una manera de transferir esas moléculas al cuerpo, pero como buscábamos incluso moléculas para transferirlas a los ojos, tenía que ser un mecanismo muy fino y preciso. El origen fue una investigación básica estudiando los vasos sanguíneos, y gracias a eso empecé a intentar desarrollar esas nano-micro partículas transportadoras.
Hablamos de los años 70 (1974-75), ¿por qué cree que sus partículas micro y nano no convencían a los expertos de entonces?
En primer lugar, no se había hecho nada parecido. Había dos cuestiones importantes: hablamos de transportar moléculas grandes a través de membranas, y si te pregunto si podrías atravesar una pared, me contestarías que no. Pues los bioquímicos contestaban eso mismo. Esta era en parte la razón de su rechazo. En segundo lugar, para encapsular esas moléculas en las partículas estábamos utilizando componentes orgánicos como etileno y pensaban que eso destruiría las partículas.
¿Cuándo y por qué relacionaron el ARNm mensajero y sus nanopartículas? ¿Cómo se les ocurrió? ¿Esta relación fue su primer intento?
Habíamos encapsulado los ácidos nucleicos como el ADN y ARN, que son muy parecidos. Lo habíamos hecho ya entre 1974 y 1976, así que yo ya sabía que se podía hacer. Desde que en 1974 empezamos, durante años continuamos trabajando en la transferencia de todo tipo de sustancias. Lo que sucedió en el 2010 fue que Terry Croxi, un compañero mío, vino a visitarme y me contó el trabajo de los doctores Karikó y Weissman. Como tanto él como yo, un cardiólogo y otro compañero teníamos la idea de fundar una empresa para desarrollar terapias con ARN mensajero, pensamos que para proteger del mejor modo posible el ARN una vía posible sería empaquetarlo en nuestras partículas. Esa podría ser la solución.
Sus primeras micro y nanopartículas datan de 1974. Las primeras aplicaciones clínicas son de este siglo y la vacuna del Covid-19 de hace un año y medio. El tiempo de traslación a clínica ha sido demasiado largo. ¿Qué cree que debiera hacerse para acortar este tiempo de traslación a clínica de un descubrimiento?
Nuestras micropartículas se aprobaron para su uso, si no recuerdo mal, en 1989, para vehicular algunos fármacos contra el cáncer. Aun así, es mucho tiempo, demasiado, de modo que para que todo fuera más rápido una mayor financiación ayudaría. Pero los humanos queremos medicamentos seguros, y para que los científicos puedan garantizar un tratamiento, a menudo hacen falta muchos ensayos hasta demostrar su seguridad. No hay ninguna duda de que más ayuda financiera sería buena, porque así se podría hacer más investigación, y tendríamos más investigadores dedicados y unos resultados más rápidos.
Visto el éxito en la vacunación contra el Covid-19, ¿cree que se acelerará el ensamblaje de ARNm en nanopartículas para emplear como terapia o como vacuna en otras enfermedades? ¿En qué patologías se está empleando ya y en cuáles espera que pronto se utilice?
No estoy seguro de que todo vaya tan rápido como desearíamos, aunque creo que las autoridades regulatorias ahora sí aprobarán más vacunas adicionales y terapias con ARN mensajero, porque se ha demostrado que esta técnica es segura. Ya hay muchos productos que están en ensayos clínicos, vacunas para el ébola, para la gripe, para nuevas variantes del Covid y supongo que para mejorar la propia vacuna. Esto va a ocurrir y se aplicará la técnica a todo tipo de terapias: para tratar el cáncer, las cardiopatías, las fibrosis quísticas… No sabría decir plazos, pero todo esto va a ocurrir y mejorado, porque creo que se mejorará en el tratamiento del ARN y en el sistema de transferencia también. Ya hay nuevas maneras para la edición génica que también mejorarán la obtención de cada RNA específico. De hecho, se está en ensayos clínicos muy avanzados para esta materia.
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Sus avances han ayudado a salvar la vida a millones de personas, ¿confía que su descubrimiento haga más asequible la medicina a los habitantes de los países más pobres?
Sí, claro que confío en ello, pero quisiera añadir algo a eso. Hemos estado trabajando con la Fundación Bill Gates en una amplia gama de productos para hacer precisamente lo que usted ha dicho, en sistemas de preferencias de fármacos para ayudar a los más pobres en formato de pastillas, de vacunas inyectables en las que no hay que administrar dos o tres dosis, sino una. Estamos en varios proyectos trabajando con la Fundación Gates que incluyen ensayos clínicos en humanos, y espero que consigan precisamente eso: ayudar a los pobres de los países más pobres.
Permita que le manifieste mi admiración por su fe, su perseverancia, su constancia y esfuerzo. ¿Cuántas de estas virtudes recomendaría a quienes desean dedicarse a la investigación?
Depende mucho de lo que quieras hacer con la investigación, porque lo maravilloso de ella es que se puede hacer de muchas maneras diferentes. Para mí, simplemente tener una curiosidad, investigar y lograr unos descubrimientos, ya es algo maravilloso. Pero a esto he intentado añadir el interés por centrarme no solo en mi investigación, sino en lograr que se cumpliera mi deseo de que esa investigación se pudiera utilizar cuanto antes en los pacientes. A mí me ha interesado siempre el siguiente paso a la investigación, el de participar en los ensayos clínicos para intentar aprovechar lo que habíamos hecho y lanzar nuestros descubrimientos al mundo.
Un premio como el de la Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento es un espaldarazo personal a sus investigaciones. ¿Cree que también es un aliciente para que la gente corriente vea la investigación como parte de sus necesidades?
Recibir el premio fue una enorme alegría, y estoy encantado y honrado de compartirlo con los doctores Karikó y Weissman. Para mí ha sido una experiencia interesante y sumamente gratificante, porque es la segunda vez que he recibido un premio en España. Primero fue el Príncipe de Asturias y ahora este Fronteras del Conocimiento. Es increíble ver cómo celebra el pueblo español la ciencia, porque observo la ciudad [Bilbao] llena de nuestras imágenes, las imágenes de los científicos galardonados, y percibo un reconocimiento, un respeto, y casi una enorme admiración hacia la ciencia y los científicos.