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El martes 4 de febrero Facebook celebra su 21 cumpelaños Esta red social tocó el cielo hasta que la política se cruzó en su camino. El complejo equilibrio entre la libertad de expresión y su responsabilidad sobre la difusión de contenidos tóxicos, discriminatorios y de bulos ha marcado la última década no solo de Facebook o Twitter (ahora X), sino también de plataformas más centradas en el entretenimiento, como Instagram o TikTok.
Mark Zuckerberg, fundador de Meta, la compañía propietaria de Facebook, WhatsApp e Instagram, anunció un completo cambio en las políticas de moderación de sus plataformas que se basa en prescindir de los verificadores externos y dejar que lo haga la propia comunidad. “El anuncio intenta parecer una alianza, cuando no hay más que un cierto sometimiento a la voluntad de Trump”, explica Alexandre López-Borrull, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigador del Grupo de Investigación en Aprendizajes, Medios y Entretenimiento (GAME). “Es una concesión respecto a cómo Trump siempre ha dicho que Facebook favorecía a la izquierda y le culpaba de algunos de sus resultados”, añade López-Borrull, a pesar de que hay estudios que vinculan precisamente las redes sociales a su éxito electoral en 2016.
¿Es el fin de Facebook?
Facebook ya sufrió un importante daño reputacional con el primer triunfo de Donald Trump por el papel que presumiblemente jugaron las noticias falsas en su elección, donde además se habrían involucrado potencias extranjeras a través de granjas de bots. La plataforma, sin embargo, ya vivía un progresivo declive en favor de opciones como Instagram o Snapchat, preferidas por los más jóvenes como centro de comunicación y entretenimiento. Por eso, muchos expertos ven en la situación actual una reedición de aquellos hechos de 2016 y sus años posteriores. Aún seguía siendo la red social con un mayor número de usuarios activos mensuales a nivel mundial en julio de 2024, mientras que en España aún contaba, en 2023, con 33,6 millones de adeptos, según Statista.
Por un lado, la política vuelve a centrar la estrategia y el funcionamiento de estas redes sociales. “Lo que hace Facebook es adaptarse al ritmo de las otras redes sociales”, explica el profesor López-Borrull, quien advierte que este anuncio podría tener un menor coste en pérdidas de usuarios, que mantener una política de control de contenidos más firme, porque existen alternativas, como Telegram o X, donde las restricciones son menores. “Sin embargo, el deterioro de los contenidos y el incremento de la toxicidad podrían ahuyentar a muchos anunciantes de sus redes sociales, también de Instagram, y eso sí que resultaría doloroso para el propietario de Meta”, añade Ferran Lalueza, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, y también investigador del grupo GAME.
Y es que la relajación de las políticas de contenidos podría impulsar “un aumento de los discursos de odio y de las noticias falsas, no va a haber control”, subraya Alexandre López-Borrull. “La libertad de expresión es un derecho esencial en toda sociedad democrática, pero no debería jamás convertirse en un cheque en blanco para promover discursos de odio ni para manipular a través de la desinformación", sostiene Ferran Lalueza.
El futuro de las redes sociales
Aunque el panorama parece sombrío, la realidad es que, según los expertos, para las empresas de redes sociales podría estar comenzando una nueva era que reforzará su papel en la sociedad. “Por lo que se ve, los algoritmos, al menos en X y otros sitios, favorecen el ruido y a Trump”, advierte Alexandre López-Borrull. Además, la resolución del culebrón de TikTok podría zanjarse a favor de alguno de los gigantes digitales estadounidenses, incluyendo a X o a Meta, precisamente. “Meta quería moverse antes del posible cierre de TikTok, pero [el cambio de políticas de moderación] es más una respuesta a que Trump vuelve a la Casa Blanca”, concluye López-Borrull.
“La triste realidad es que, desde el punto de vista empresarial, moderar los contenidos no beneficia los intereses económicos de estas plataformas. Liberarse de esta obligación moral, social o legal, pues, puede convertirse en una ventaja competitiva", asegura Ferran Lalueza. “Por otra parte, si TikTok acaba desapareciendo definitivamente del mercado estadounidense, sin duda la gran beneficiada será Meta, que en los últimos años ha visto cómo la red social china le comía el terreno a Instagram entre los usuarios más jóvenes”, añade.
De hecho, muchas plataformas ya están moviendo ficha para posicionarse ante el posible veto a TikTok, como es el caso de Meta, que pagará a creadores de contenido de TikTok (4.800 euros en 90 días) por publicar en Instagram y Facebook. “En el contexto actual, la gran batalla entre plataformas no se libra por los usuarios, sino por los creadores de contenido. Al fin y al cabo, son ellos los que actúan como atractores de audiencias masivas y, por tanto, de beneficios millonarios”, apunta el profesor Lalueza.
Se quiere acabar con el anonimato
En paralelo, y como parte de esta reconfiguración del sector, algunas voces apuntan a otra prohibición: la del anonimato en redes sociales, una opción por la que apuestan dirigentes como el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. "Combatir el anonimato en internet es una idea bienintencionada, pero no resulta viable. De entrada, en la Unión Europea ya nos encontramos con gobiernos que con toda probabilidad se opondrían a una medida de este tipo", razona Lalueza. "Pero incluso si se consiguiera unanimidad en la UE, seguiría sin poder materializarse de forma efectiva, dada la naturaleza global de la mayor parte de las plataformas digitales. Por ende, los responsables de inocular contenidos tóxicos en las redes sociales seguramente hallarían fórmulas para esquivar el control, mientras que quienes usan el anonimato de forma legítima quedarían desprotegidos", añade.
Parece, en todo caso, que el ecosistema de las redes sociales está más vivo que nunca, con profundos cambios en las principales plataformas estadounidenses y un movimiento pendiente para que TikTok, la app que ha subvertido el orden establecido por Zuckerberg a raíz del éxito de Facebook, termine, probablemente, también bajo mandato estadounidense. Los próximos meses podrían desembocar en la reconfiguración más interesante del mundo de las redes sociales de los últimos años, aunque este sector acostumbra a arrojar sorpresas en cada movimiento accionarial o político