Una situación de desamparo y maltrato como la que habrían vivido los ocho hermanos de Colmenar Viejo (Madrid) que eran castigados por sus padres y estaban malnutridos, provoca "un agujero en el alma" y es "lo peor que le puede pasar a un niño", según los psicólogos José Antonio Luengo y Diana Sánchez, a preguntas de la agencia Efe.
La pareja de la localidad madrileña de Colmenar Viejo –que fue detenida el pasado 29 de marzo por el presunto maltrato de sus ocho hijos menores de edad, que estaban confinados en una habitación en una situación "pésima"–, ha quedado en libertad bajo medidas cautelares. A los padres, un médico de 45 años y una mujer de 44, se les ha retirado cautelarmente la patria potestad de los menores, de los que tienen una orden de alejamiento y que han quedado ingresados en un centro de primera acogida de la Comunidad de Madrid.
Si se confirman los datos que se conocen, se trata de ocho niños que llevan viviendo una situación "no de negligencia, sino de desamparo absoluto", de indigencia, miedo, falta de recursos materiales y psicológicos que provocan "un agujero en el alma", considera Luengo.
"Lo peor que le puede pasar a un niño cuando es pequeño es que se junte todo lo que he leído", indica Sánchez, carencias físicas, emocionales, afectivas y que, además, hayan sido llevadas a cabo por quienes debían cuidar de ellos.
"Los niños no podían salir"
Los vecinos tampoco salían ayer de su estupor. Cuenta Enrique, uno de ellos, que cuando las ventanas de la casa estaban abiertas se podían ver, desde los chalés de enfrente, las literas de la habitación de los niños de donde no podían salir". También los dejaban, según continúa su relato, encerrados en el patio.
"Estaban siempre solos", según mantiene este vecino, que "intuía algo", pero no que se produjera un maltrato, y a quien le extraña que en el colegio no se dieran cuenta de algo antes. Las primeras pesquisas, de hecho, revelaron que los menores solían faltar constantemente a clase, siendo "justificadas las ausencias escolares por el padre".
"La madre parece más mayor de lo normal", según Enrique, porque "tiene el pelo blanco, es un poquito rellenita y eso nos hacía pensar que posiblemente estaba otra vez embarazada. Iba siempre en chándal a llevar a los niños al colegio". Algunos vecinos coinciden en que ella parecía "un poco desaliñada", pero que el aspecto de los niños, que iban al centro escolar a escasos metros de la casa, "era normal".
La vivienda está en una urbanización de chalés y cuenta con un patio trasero lleno de triciclos, bicicletas, patinetes y cacharros tirados. En el pequeño espacio de la entrada de la vivienda aún permanece un tendedero con ropa. Según la investigación, el domicilio presentaba "un estado de insalubridad en todas las dependencias a excepción del despacho" del padre, mientras que la situación higiénico sanitaria de baños y cocina era "pésima". – NTM
En el patio
Niños encerrados horas y horas
A la intemperie. Los vecinos de la pareja que presuntamente maltrataba a sus ocho hijos en Colmenar Viejo han denunciado que dejaban encerrados a los niños “horas y horas” en el patio, hiciera el tiempo que hiciera, y eran frecuentes los ruidos y vida nocturna de la familia en la vivienda. Hace unos días los menores “cogieron unas cerillas y quemaron la valla y casi queman la casa” según cuenta uno de los vecinos que asegura que incluso “alguna vez, una niña intentó como tirarse por la ventana porque estaban todo el tiempo en una habitación y no podían salir”. Los ocho menores malvivían en una habitación, tenían prohibido pisar el salón y eran castigados mediante maltrato físico o dejándolos a la intemperie en el patio.