Sobre todo en época invernal, cuando salimos temprano de casa muchas veces no ha amanecido todavía dejamos la casa oscura y a nuestro perro moviéndose en la penumbra tras haber sido testigo de nuestros preparativos y marcha. A la hora de cerrar la puerta a nuestra espalda siempre nos asaltará la duda de si nuestro compañero estará bien, si quizá sería conveniente dejarle una luz encendida para que se encuentre más cómodo. A veces cedemos a la tentación y dejamos una habitación encendida, otras no.
Pero, ¿esto es realmente así?, ¿necesita nuestro perro una luz que ilumine parte de la casa para quedarse tranquilo en su soledad casera? Cierto es que hay perros que llevan mal el hecho de quedarse solos en casa, que su familia se vaya sin él. Puede haber diversos grados, pero la ansiedad por separación es un problema para muchos perros.
Un perro solo en casa espera en una butaca el regreso de su familia.
No es necesaria
Ante esta duda, Carly Fox, veterinaria sénior del Schwarzman Animal Medical Center de Nueva York, ha aclarado algunos conceptos. Eso sí, como en muchos otros aspectos de la vida y los cuidados de los perros, nada hay absoluto. Según afirma rotunda en un texto publicado en la revista Inverse “puedes dejar las luces apagadas”. Pero esto no significa que la haya que dejarlos a oscuras. Lo que sostiene la veterinaria es que hay que prescindir de la luz artifical y dejar que la luz natural, la diurna entre en casa.
Explica Fox que “al igual que las personas, los perros son diurnos”, lo que significa que duermen la mayor parte de la noche y son más activos durante el día. Además, también asegura que a medida que el día avanza, se adaptan a los cambios de luz. Es decir, no necesitan una habitación completamente iluminada, no hay necesidad de dejar todo el día la luz de un cuarto encendida. Y tampoco dejar el cuarto a oscuras. Nada de cortinas echadas ni persinas cerradas, hay que permitir que la luz del sol entre las habitaciones. Además, mantener a un perro en un lugar con una luminosidad constante podría afectarle negativamente, según Fox.
Ven mejor que nosotros
Aunque para nosotros, la oscuridad nos dificulta la visión y nos aísla del entorno, para nuestras mascotas no supone el mismo problema. De hecho, además de tener un mejor sentido del oído y un agudo olfato, su visión nocturna sin ser especialmente llamativa, es bastante mejor que la humana.
Aunque no llegan a mismo nivel que el de los gatos, los perros cuentan en sus retinas con abundantes bastones, los fotorreceptores que captan la luz tenue. Además cuenta con otro elemento llamado tapete, que es una capa reflectante en la parte posterior del ojo en la que rebota la luz, lo que permite que la retina reciba más luz de la que está disponible. El tapete también es la razón por la que tanto a los perros como a los gatos parecen brillarles los ojos en la oscuridad pero hay cierta luz ambiental. Si se les hace una foto en estas circunstancias pueden parecer poseídos. Este fenómeno es especialmente llamativo en los gatos.
Pero a veces sí conviene dejarla encendida
Pero nada es absoluto, y como en otros casos también se pueden encontrar algunas excepciones a esta afirmación. Carly Fox recomienda “dejar las luces encendidas para las mascotas que tienen problemas de visión”. Puede ocurrir que nuestro perro tenga algún tipo de enfermedad ocular o cognitiva. En estos casos, la luz artificial encendida puede ayudarlos a orientarse por la casa. Si se los deja en la oscuridad sin que su vista esté en perfectas condiciones corren el riesgo de chocarse con los muebles o desorientarse. Así, los perros con cataratas o trastornos oftalmológicos subyacentes podrían beneficiarse de un poco de iluminación adicional, especialmente porque la incapacidad de ver puede causar ansiedad.
Además, Fox advierte que una mascota sola en la oscuridad puede desarrollar un comportamiento destructivo que por regla general se asocia a los canes que sufren ansiedad por separación. Pero en estos caso reflexiona que “tal vez el problema no sea la oscuridad, sino más bien lo que la oscuridad indica”, escribe. En este caso se trata de un problema de comportamiento más amplio que tal vez deba abordarse con un especialista y desde otro ángulo.