El escalador gasteiztarra Eneko Pou conoce muy bien el pico Fitz Roy, también llamado cerro Chaltén, donde desde este jueves se encuentran desaparecidos los alpinistas Amaia Agirre e Iker Bilbao tras sufrir un accidente.
Eneko y su hermano Iker acudieron por primera vez a esta imponente cumbre de la Patagonia argentina en el año 2006, cuando intentaron hacer cumbre hasta en cinco ocasiones.
Fueron, según recuerda Eneko en conversación con este periódico, cinco intentos en los que llegaron a estar "muy cerca" de la cima, pero que finalmente no llegaron a consumarse. "Siempre nos tiró para atrás el mal tiempo", apunta.
Cerca de la tragedia
Además, los hermanos Pou estuvieron en aquella expedición muy cerca de vivir una tragedia, pues durante ese último intento tres escaladores franceses protagonizaron un accidente similar al que ahora han sufrido Amaia e Iker.
El siniestro, que tuvo también como escenario el conocido como Cerro de los italianos, terminó por suerte con final feliz.
"Como en el caso de Josu Linaza, uno de ellos tuvo tiempo de soltarse cuando todo se desmoronaba, y tuvimos que sacarlo de mitad de la pared. Pensábamos que sus dos compañeros se habían matado, pero nos los encontramos vivos con muchas heridas, en la base, más o menos donde han caído ahora Iker y Amaia, y los tuvimos que rescatar”, recuerda Eneko.
Un año después, de vuelta
Los alpinistas gasteiztarras regresaron a la zona en 2007 y escalaron con éxito la Supercanaleta, una ruta de 2.000 metros de desnivel que va por la otra vertiente de la montaña argentina.
Pou enfatiza que el Fitz Roy es "un lugar en el que ha habido y habitualmente hay muchos accidentes", tanto por razones como las que ahora han derivado en el siniestro de Iker y Amaia, los cambios de temperatura, como "porque el material que se utiliza para rapelar salta, dada la diferencia de temperaturas entre el día y la noche”.
Los hermanos Pou, precisamente, han compartido este sábado en su cuenta de Twitter varias imágenes de la zona.
Eneko Pou remarca también a este medio que el cerro Chaltén está considerado como "una de las montañas más difíciles de la tierra", y buena prueba de ello es que no fue ascendida por primera vez hasta el año 1952.
Un hito histórico
"Se conseguía al mismo tiempo, o prácticamente en la misma época, que el Everest, cuando el Everest era otra cosa, cuando subir los ochomiles era una cosa totalmente diferente", contextualiza Pou.
La hazaña, en concreto, fue protagonizada por Guido Magnone y Lionel Terray, dos de los mejores alpinistas de todos los tiempos.
El alpinista gasteiztarra recuerda que Terray había participado en 1950, justo antes de hacer cumbre en el Fitz Roy, en la primera ascensión al Annapurna, "el primer ochomil conquistado por el hombre".