¿Con qué impresión salió del encuentro con el lehendakari Imanol Pradales?
—El lehendakari está haciendo una ronda dentro de la normalidad. Una de las responsabilidades de un lehendakari recién llegado a su cargo es precisamente hablar con todo el mundo. Con las fuerzas políticas, los sindicatos, la sociedad civil… Y, en ese sentido, fue una reunión dentro de la normalidad.
¿Qué propuestas les llevaron y cómo las acogió?
—Fue un intercambio de pareceres. Él nos expuso sus grandes retos y nosotras le llevamos nuestras tres prioridades urgentes, en materia de Osakidetza, vivienda y transición energética. Fue un intercambio de propuestas.
Una de las prioridades, el pacto por los servicios públicos de salud. ¿Lo ve viable?
—Yo creo que todas las fuerzas políticas tenemos disposición de abordar el tema de Osakidetza. Todas estamos de acuerdo en que hay que abordarlo ya. Ahora bien, diferimos en el diagnóstico que hace el Gobierno y, probablemente, en las medidas que van a proponer para mejorar la situación. Predisposición a trabajar juntas, toda. Pero no podemos decir que estamos de acuerdo con todo, porque el diagnóstico que hacen es desde la pandemia hacia aquí, y nosotras no pensamos que la situación de Osakidetza venga de la pandemia sino de mucho antes. Es fruto de la gestión que han venido haciendo durante cuarenta años.
EH Bildu dice que va sacar Osakidetza del debate presupuestario. ¿Ustedes lo van a hacer?
—Yo creo que es difícil que saquemos Osakidetza del debate presupuestario porque es un tema crucial para el día a día de la ciudadanía vasca, y es un asunto en que hay que tomar decisiones ya.
Sin necesidad de sacarlo del debate, ¿es posible no utilizar la sanidad como arma arrojadiza?
—Por lo menos, desde Sumar, no se nos ocurriría utilizarlo como arma arrojadiza. Pero Osakidetza ilustra bien el modelo de gestión del PNV. Esto mismo que pasa con Osakidetza se hace con los cuidados, con la dependencia, con las residencias, con la Educación. Es un modelo de privatizar, de esa colaboración público-privada.
La ministra de Sanidad española, Mónica García, que es de Sumar, alabó a Osakidetza en el Congreso…
—Es que nadie hace de menos a Osakidetza. Osakidetza y, en concreto, las y los profesionales que trabajan en Osakidetza son de lo mejor que hay en este país. Es un buen servicio de sanidad pública, pero tiene que tener mejoras. Es lo de lo cortés que no quita lo valiente. Que no estemos como hace veinte años no significa que Osakidetza sea un horror y haya que tirarlo abajo. No; estamos hablando de mejora en la gestión, de mejorar la atención primaria, de que no sean temporales un tercio de la plantilla, de que no se externalice hasta el último servicio de limpieza. Eso no significa que no se pueda alabar Osakidetza, que lo hacemos.
Otra de las prioridades del actual Gobierno es la Vivienda. Ya ha anunciado que se construirán 7.000 viviendas de alquiler social. ¿Qué más piden ustedes?
—Se queda corta la política de Vivienda. Desde Sumar se lo hemos dicho también al PSE, que tiene esa responsabilidad en el Gobierno: la política de Vivienda tiene que ser integral. Hay que abordar que haya más vivienda pública de alquiler, que los fondos buitre no entren en los barrios y un elemento fundamental, que es el precio de la vivienda. El otro día salía Denis Itxaso diciendo cuánta vivienda pública iban a hacer para los menores de 35. ¿Y el resto de la gente? La gente de mi edad que vivimos de alquiler, ¿qué se supone que tenemos que hacer?
¿Cuál será su postura en el debate sobre la renovación del pacto estatutario?
—Nosotras estamos a favor de la renovación del Estatuto. Creemos, además, que hay un trabajo muy potente que se hizo hace dos legislaturas. Hay que renovarlo, sencillamente, porque es un texto obsoleto que no está a la altura de este siglo. No habla de las mujeres, no habla de los derechos sociales… Es un texto viejo que hay que renovar y ahí nos van a encontrar.
¿De verdad cree que hay riesgo de que el debate identitario oculte los problemas de la gente, como dijo el único parlamentario de Sumar, Jon Hernández?
—Que hay una intención de que ocurra esto no me cabe duda. Si vamos a los discursos del pleno de investidura, vemos que está claro que PNV y EH Bildu tienen esta intención. Y hay algún Euskobarómetro que dice que este tema no está entre las prioridades de la ciudadanía, que está más preocupada por la cesta de la compra y por lo que pagan de hipoteca. Nuestra vocación como fuerza progresista en el Parlamento Vasco tiene que ver con recordar cuáles son los retos que tiene este país ´
¿Es incompatible lo identitario con el resto de los problemas?
—No lo es. Pero hay un problema de que eso eclipse las otras preocupaciones. Pero a mí me impacta mucho que en esto vayan juntos PNV y EH Bildu, que, teóricamente, son dos fuerzas con modelos de país distintos.
¿Usted entiende que el autogobierno es disociable de las llamadas cosas importantes? ¿No cree que más autogobierno es mejor gestión de lo importante?
—No estamos de acuerdo. Autogobierno y más autogobierno no implica mejor gestión. Hay un mantra que dice que las competencias implican mejor gestión y no ha sido así.
Hablando más en general, ¿qué esperan hacer con un solo parlamentario esta legislatura?
—Somos muy conscientes de lo que se puede hacer con un parlamentario. Nuestra vocación es hacer una oposición propositiva.
¿No le resulta curioso que en Euskadi sean oposición de un gobierno compuesto por su socio de gobierno en Madrid y un aliado de ese ejecutivo de coalición?
—Las aritméticas en política son curiosas. A veces, a mí el PSOE me despista porque me digo que no son exactamente los mismos con los que gobernamos allí.
¿Cómo van las cosas en Sumar después del paso a un lado de Yolanda Díaz?
—Yolanda sigue siendo un valor en Sumar. Quiso asumir su responsabilidad, pero sigue siendo referente. Y, desde luego, hay que poner en valor su figura como ministra de Trabajo.
¿Serán capaces de mantener la plataforma unida? Desde IU se han escuchado mensajes muy críticos…
—Es evidente que el espacio de la izquierda federalista está en un momento de reflexión, pero no solo respecto a Sumar y Yolanda Díaz. Hay que reflexionar sobre el camino que estamos tomando. Hay que pensar por qué, por ejemplo, en Euskadi hemos pasado de ganar elecciones a perder casi todo nuestro respaldo.
La reunificación con Podemos sí que parece imposible. Las críticas de los morados hacia ustedes son demoledoras.
—A mí no me van a encontrar ahí. Desde su lado dejan muy claro dónde están y cuál es el camino que han cogido.
Antes de las elecciones, ¿hubo alguna posibilidad de que concurriera una sola lista?
—De este tema se ha hablado tanto y a la gente le importa tan poco, que no queda mucho que decir. No había nada que hacer con una formación que había tomado una decisión en Madrid. Ellas habían tomado una decisión hace tiempo en Madrid. Y eso condicionó todo.
¿Ve en peligro la legislatura de Pedro Sánchez tras los últimos avisos de Junts y el posible apoyo de ERC a la investidura de Illa en Catalunya?
—Yo estoy confiada en que habrá gobierno en Catalunya. Y Junts tendrá que decidir en qué foto se coloca. A mí me cuesta verlos en una foto todo el tiempo con PP y Vox. Pero, desde luego, no creo que peligre el gobierno de Sánchez, al que no le han dejado ni siquiera echar a andar en este último año.