Escrivá contesta la carta de Artolazabal sin dar alternativas ni respuesta a sus dudas

José Luis Escrivá no levanta el pie del acelerador. Según ha podido saber este periódico, la consejera Beatriz Artolazabal recibió el viernes por la tarde la ansiada respuesta del ministro de la Seguridad Social a la carta que le había enviado unos días antes, una misiva donde la consejera pone en cuestión el macrocentro de refugiados que pretende abrir el Estado en Gasteiz con 350 plazas porque choca con el modelo vasco de recursos más repartidos, para dar una atención más personalizada y en comunidad. Pero la respuesta ha sido insatisfactoria para la consejería vasca porque, según las fuentes consultadas, Escrivá insiste en la idoneidad de ese centro, lo justifica únicamente en la necesidad de incrementar el número de plazas de manera considerable, y la consejera, estando de acuerdo con ese objetivo, no tiene la sensación de que el ministro esté dispuesto a negociar el cómo, es decir, no toma en consideración las propuestas vascas para diversificar los recursos y repartir las plazas para ofrecer una atención no tan concentrada en un edificio.

Esta respuesta llegó el viernes, un día después de que el Boletín Oficial del Estado publicara el concurso de la licitación de las obras de rehabilitación de la clínica Arana, una decisión que tomó de manera unilateral el Gobierno español a pesar de las llamadas al diálogo de Artolazabal y del alcalde Gorka Urtaran. La respuesta llegó también después de que la consejera de Políticas Sociales, Igualdad y Justicia volviera a lamentar por la mañana la ausencia de información, mientras que los socialistas vascos se están reuniendo con colectivos sociales e, incluso, este mismo lunes el delegado del Gobierno español, Denis Itxaso, ha tratado de hacer pedagogía con los vecinos de Gasteiz en una reunión en el centro cívico Arana. Esa convocatoria se encauzó a través de la concejalía de Participación Ciudadana del socialista Borja Rodríguez, una forma de actuar diligente para informar a la ciudadanía que aprueba Artolazabal, pero que contrasta con la ausencia de documentos de su consejería sobre este proyecto.

"Fuerte presión migratoria"

La consejería se ha quedado con la sensación de que no se ha respondido a sus dudas sobre el modelo de gestión o las razones para habilitar un recurso con 350 plazas. La idea de las 350 plazas ha sido cuestionada de manera unánime entre los partidos vascos (a excepción del PSE) y las asociaciones que trabajan con los refugiados, como Zehar Errefuxiatuekin y Cáritas, porque son centros masificados y además incurren en el riesgo de convertirse en un gueto. El modelo de los macrocentros está siendo cuestionado también en el caso de las residencias de ancianos, pero ahora se pretende aplicar a los refugiados, que además llegan a Euskadi sin ningún tipo de arraigo ni red de apoyo. En Euskadi se está trabajando con recursos de dimensiones más pequeñas, en Oñati, Tolosa y Berriz, por ejemplo, y también en pisos. 

Por ahora, el principal argumento del Gobierno español, plasmado en el BOE en la licitación del concurso, es la “fuerte presión migratoria” a la que se enfrenta. Por ello, esgrime razones de interés público para actuar por el procedimiento de urgencia, dando cuatro meses de plazo para redactar el proyecto, y doce para ejecutar la obra a partir de su aprobación. Pero no concreta, más allá de esa fuerte presión migratoria, por qué se tienen que habilitar 350 plazas en un solo edificio y no es posible diversificar esas plazas en otros centros. La vicepresidenta Calviño defendía el viernes la oportunidad de dar uso a un edificio de la Seguridad Social como lo es la antigua clínica Arana. Ese edificio lleva una década vacío, y ahora se puede rehabilitar con esta finalidad con fondos europeos. La red contará con más centros en el Estado, en Santander y Valladolid, entre otros puntos.