Es, no se sabe si a su pesar, el hombre del momento. Ayer, en un acto con la nueva promoción de fiscales, se permitió ¿frivolizar? con su situación procesal. “La fiscalía es noticia, el fiscal general del Estado es noticia y os vais a tener que acostumbrar”, dijo Álvaro García Ortiz a los jóvenes representantes del Ministerio Público. La procesión (¿o era “la profesión”? iba por dentro,
#ErosiónDemocrática
A Núñez Feijóo el fiscal no le duraría ni un minuto
Para chulo, su pirulo, el presidente del PP (con el permiso de la emperatriz de Sol), Alberto Núñez Feijóo, se autorretrataba asegurando que “Ni a mí me duraría un minuto un Fiscal General del Estado imputado por el Tribunal Supremo”. El jefe nominal de los genoveses debió de perderse la clase sobre el funcionamiento interno de las instituciones democráticas en la que se explicaba que, pese a que el fiscal general lo designa el gobierno, su actuación no está subordinada al Ejecutivo,
#AlHablaMisterX
González pide la cabeza de García Ortiz
Felipe González, el jarrón chino que no se resiste a serlo (copyright Anasagasti), no pudo evitar ilustrarnos con su docta opinión sobre el caso. En la consabida entrevista lamelibranquia de alfombra roja, el también conocido por su alias oficioso ‘X de los GAL’ pontificó que el fiscal general debía irse a casa porque “al servicio del Gobierno estaba en la época de Franco”.
La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, perdió el tafanario en aplaudir al también llamado Copito de nieve. Al quite, el periodista Pedro Blanco sentenció: “Quién le iba a decir a Ayuso que acabaría citando a Felipe González como fuente de autoridad... y quién le iba a decir a González que iba a acabar siendo un referente para Ayuso... Qué tiempos nos ha tocado vivir”. Aquí procede lo de “No hay más preguntas, señoría”.
#MicrófonoVolador
El llanto del seudoperiodista
Fiscales atribulados aparte, en X está dando mucho que hablar la pelea de gallos entre el opinatero de la izquierda fetén Antonio Maestre y el pseudoperidista ultramontano que atiende por Vito Quilez . Ocurrió que en un calentón (o no) el primero le quitó el micrófono al segundo y lo lanzó por los aires. Seguro que está feo, pero, quienes conocemos el percal sonreímos maliciosamente. “7,8 metros con el viento en contra. Tenemos plusmarca”, se mofó el colega Iñaki López.
Y hasta Pablo Iglesias, enemigo íntimo de Maestre, le rió la gracia: “Es indefendible como tertuliano de Ferreras y como rociador de napalm. Pero como lanzador de micrófonos federado, todo mi respeto”. Y el mío.