Pese a que la imagen de España en la Copa del Mundo de Catar ha ido de más a menos, con el punto álgido del 7-0 frente a Costa Rica pasando por el 1-1 contra Alemania y llegando al 1-2 ante Japón, Luis Enrique asiste a los octavos de final del torneo sin dudas, exiliando cualquier atisbo de pesimismo y otorgando una nota a su equipo que se antoja excesiva por lo acontecido, porque la selección española alcanzó la presente ronda gracias a la diferencia de goles, es decir, sin excesiva holgura.
“Estamos muy bien, el rendimiento es notable alto o sobresaliente bajo. A excepción de diez minutos que Japón nos superó, que entiendo que es algo lógico y volverá a pasar, no tenemos la piedra filosofal y no solo jugamos nosotros; los rivales también y estamos convencidos de que tenemos una gran oportunidad para lograr un gran resultado y pasar de fase. Es el objetivo”, reivindicó el técnico asturiano, que sostiene que el “objetivo” permanece inalterado: “El objetivo es, y ha sido, jugar siete partidos”. Es decir, alcanzar la final del Mundial.
Para ello España deberá hoy apear del camino a Marruecos (16.00 horas), una de las tres selecciones que más puntos ha obtenido en la fase de grupos junto a Países Bajos e Inglaterra, con 7. El combinado marroquí es, a juicio de Luis Enrique, una de las selecciones “más en forma” del Mundial. “Le damos importancia a sus jugadores y si ha habido alguien que los menosprecie no es la selección española”, comentó sobre un duelo en el que el que Marruecos comenzará imponiéndose desde la grada, puesto que se espera que del total de las 40.000 personas que presenciarán el encuentro solamente 5.000 sean seguidores de España, una circunstancia que tanto el seleccionador estatal como Pedri señalaron como una “motivación muy grande”.
Precisamente Pedri, basándose en lo sucedido frente a Japón, cuando los nipones dieron la vuelta al 0-1 con dos goles entre los minutos 48 y 51, advirtió que “si tenemos diez minutos de desconexión nos vamos para casa”. Es decir, es una alerta ante el favoritismo con el que a priori parte el cuadro español ante una selección marroquí que se adjudica sin complejos el rol de inferior, sacudiéndose así cualquier ápice de tensión añadida. “Será un partido muy complicado para nosotros, nos enfrentamos a uno de los mejores equipos del mundo, con mucha ambición, es uno de los favoritos. Tenemos un día más para intentar dar la campanada, seamos sinceros, sería una gran sorpresa para todos”, manifestó el seleccionador Walid Regragui, quien pese a su humilde talante, añadió: “No tenemos nada que perder, vamos a saltar al césped con mentalidad ganadora”.
Los antecedentes sonríen a España, que en sus tres precedentes jamás perdió contra Marruecos, que se ve en octavos por primera vez desde 1986, cuando por primera y única vez alcanzó dicha ronda.
Luis Enrique no dio pistas sobre la alineación titular, aunque sí confirmó que todos sus jugadores “están bien”, por lo que no tendrá problemas a la hora de confeccionar el once, donde a tenor de lo visto Unai Simón ejercerá con total seguridad y reforzado por solo un 6% de error en acierto de pase: ha intentado 128 y ha entregado con éxito 121, lo cual sustenta la idea de Luis Enrique de salir con el balón jugado desde la primera línea para generar superioridad; y es que rompe líneas el 78% de las veces que lo intenta, con 15 de 19 intentos exitosos durante tres primeros partidos.
El portero del Athletic estará arropado por Rodri, Laporte, Jordi Alba y con la duda de si jugará Azpilicueta o Carvajal en el lateral derecho. En la medular se espera que repitan Pedri, Gavi y Busquets, quien de jugar alcanzará a Iker Casillas y Sergio Ramos como los jugadores con más partidos de la historia de la selección en los Mundiales, con 17. En el frente de ataque es donde más incertidumbre se puede presentar; en principio, Dani Olmo, Morata, Ferran y Asensio se debatirán por tres puestos, volviendo a ejercer Nico Williams como revulsivo pese a ser titular en el último partido. Es la hora de la reivindicación.
NICO WILLIAMS, EL SEGUNDO MÁS RÁPIDO DEL MUNDIAL
35,6 kilómetros por hora. En los duelos disputados de la Copa del Mundo, Nico Williams ha logrado registrar la segunda mayor velocidad punta del torneo, con 35,6 kilómetros por hora, junto al canadiense Alphonso Davies, ambos únicamente superados por el ghanés Kamadeen Sulemana, que consiguió correr a 35,7 kilómetros por hora para ser el futbolista más veloz de la competición hasta el momento. El jugador del Athletic de 20 años, según las estadísticas de la FIFA, alcanzó la marca cuando entró al terreno de juego desde el banquillo en el enfrentamiento de España contra Alemania (1-1). Mientras, Sulemana, también de 20 años y centrocampista del Rennes francés, lanzó un esprint a tal ritmo el pasado viernes, en el estadio de Al Janoub, en la segunda parte del choque contra Uruguay, sin que nadie haya ido más allá en Catar.