La derrota de Argentina ante Arabia Saudí, la gran sorpresa de lo que va de Mundial, debe poner en alerta a España de cara a su debut ante Costa Rica. Un duelo en el que los navarros César Azpilicueta y Nico Williams aguardarán desde el banquillo su oportunidad de jugar (para Azpi sería su segundo Mundial, tras el de 2014; para Nico, su debut en una fase final).
Los pupilos de Luis Enrique Martínez, el autodenominado “líder” de la selección, inician su andadura con la moral por las nubes, asegurando casi en cada entrevista o declaración pública que su objetivo es el de repetir la gesta de 2010. Insisten los protagonistas que el grupo tiene capacidad para lograrlo, si bien en la comparativa futbolista a futbolista no hay color entre el equipo que dirigía Vicente del Bosque y al que entrena hoy el técnico asturiano. A favor de los actuales juega la creencia y fe absoluta que los 26 convocados tienen en la figura de Luis Enrique así como los resultados recientes, pues no puede pasarse por alto que España viene de jugar las semifinales de la Eurocopa celebrada el pasado verano, donde Italia, la campeona, les eliminó a penaltis.
Enfrente tendrán a Costa Rica, una de las selecciones más flojas de entre las 32 que participan en el torneo, si bien se trata de un hecho que nunca es garantía de nada. Las sorpresas están a la orden del día y el combinado centroamericano cuenta con argumentos para hacer daño a la selección española, especialmente si es capaz de encontrar a sus delanteros con balones en largo a la espalda de la zaga. Se entiende que España hará suya la posesión, pues su estilo es innegociable, y que Costa Rica aguardará cerca de su área, con el veterano Keylor Navas como último escollo.
El guardameta del París Saint-Germain, al igual que unos pocos de sus compañeros, disputa su tercer Mundial seguido, todo un hito para el país, cuya selección se clasificó para Catar tras eliminar en la repesca a Nueva Zelanda. El de 2014, cuando militaba en el Levante, fue un escaparate para él, que ese mismo verano fichó por el Real Madrid. Quizá esta selección costarricense no esté al nivel de aquella, pues ocho años no pasan en balde para nadie y sus jóvenes talentos de entonces son ya veteranos con muchos kilómetros en sus piernas, pero sueñan con repetir su buen papel de entonces, cuando alcanzaron los cuartos de final del torneo.
De cara a su estreno, un partido que los expertos en la materia insisten en que suele ser el más complicado, por aquello de los nervios especialmente, Luis Enrique recupera a todos sus efectivos, pues Hugo Guillamón, entre algodones en los últimas días, y Dani Carvajal, con molestias en la garganta, completaron la sesión vespertina de ayer en Doha sin problemas. Al mediodía, el propio seleccionador avanzó que tendría a todos sus jugadores disponibles y explicó los motivos de la baja de José Luis Gayà.
“Siempre se juzgan las decisiones. Era una lesión de 10 o 15 días y los dos primeros partidos no los iba a poder jugar. Lo mejor para el equipo es convocar a otro jugador y tener dos laterales izquierdos en plenas condiciones. El lateral izquierdo es la única posición que no se puede esperar. Si estuviera en otra posición aguantaría con él. Y lo siento en el alma, porque es un gran tío y ha tenido muy mala suerte”, expuso.
UN PARTIDO "MUY DIFÍCIL"
Además, cuestionado sobre el encuentro de esta tarde ante Costa Rica, Luis Enrique no tuvo reparos en calificarlo de “muy difícil”. “Costa Rica va a competir muy bien, tiene enraizado el fútbol. Conocemos sus individualidades, la experiencia que tienen jugadores como Keylor Navas, Duarte o Campbell que saben competir en Mundiales. Nos van a meter en complicaciones”.
Por último, al referirse al debut de la selección española en le Mundial, en el que será su bautismo como técnico en una Copa del Mundo, el asturiano dijo llevarlo “con naturalidad”. Creo que beneficia el haber estado concentrado tan poco. Llevamos 9 días de convivencia y eso me parece positivo. Cuando estás 2-3 semanas concentrado se acumula demasiada energía”, concluyó.