Han pasado tres largos días, pero el Athletic y su entorno siguen de luto, lamentando la eliminación en las semifinales de Copa. Mereció mayor fortuna el equipo rojiblanco frente a Osasuna, pero como quiera que fue incapaz de hacer más de un gol, el conjunto rojillo le dejó a las puertas de disputar una nueva final. Las conversaciones entre sus aficionados siguen girando en torno a lo que aconteció en la noche del martes, como si de una pesadilla imposible de olvidar se tratara. Pero la competición no para, no hay tiempo para más lamentos, y el Athletic está obligado a hacer borrón y cuenta nueva. Porque no jugará la final de Copa, ese privilegio se lo arrebató Osasuna, pero por delante tiene once finales en liga para cumplir con su objetivo de regresar a Europa, algo que no ha logrado en las cinco últimas temporadas.
Visitar a un Espanyol que llega con la soga al cuello al choque, ocupando puestos de descenso aunque con los mismos puntos que el décimo séptimo clasificado, el Valencia, y con un entrenador nuevo, todo un desconocido en los banquillos como Luis García, si bien cuenta con un gran pasado como futbolista, no parece el mejor escenario posible. Por si fuera poco, el Athletic no sabe lo que es ganar al conjunto catalán en su campo en liga desde enero de 1998, cuando un solitario tanto de Julen Guerrero le permitió sumar los tres puntos. Hubo una excepción, en Copa, pues los leones lograron el pase a la final de 2015 tras imponerse 0-2 al Espanyol a domicilio, pero el balance en el campeonato de la regularidad desde aquel gol de Guerrero es desalentador: nueve empates y catorce derrotas.
Las estadísticas, que no son más que números, están para romperse, y es lo que tratará de hacer el Athletic este sábado en una cita que arrancará a las 16.15 horas. Un partido de muchísima importancia para ambos conjuntos, más para el Espanyol, al que una derrota podría alejarle en tres puntos de la salvación, pero que en clave Athletic se antoja vital en su intento por hacer bueno el objetivo de la temporada, que no es otro más que volver a a Europa.
Para ello, a la espera de lo que acontezca en la final de Copa del próximo 6 de mayo, en la que el conjunto rojiblanco es el primer interesado en que gane el Real Madrid, pues eso ampliaría a la séptima plaza las posiciones europeas, hecho que en caso de triunfo osasunista no ocurriría, no al menos si los navarros no ocupan una de las seis primeras plazas de de la liga, el Athletic tiene que sumar el máximo número de puntos posibles. Por lo pronto, debe recortar los siete de distancia que le separan del Villarreal, que es sexto, y con el que se verá las caras a mediados de mayo.
Si los pupilos de Valverde quieren realmente disputarle al ‘submarino amarillo’ esa sexta posición, deberán ganar al Espanyol en la primera de las once finales que tienen por delante. Con Unai Simón de vuelta en la portería, salvo que apueste por dar continuidad a Julen Agirrezabala, cosa que no parece muy probable, el Athletic podría presentar el siguiente once este sábado: Simon; De Marcos, Yeray, Iñigo Martínez, Berchiche; Dani García, Vesga, Iñaki Williams, Muniain, Berenguer; y Guruzeta.
En lo que respecta al Espanyol, que estrena entrenador, un expupilo de Ernesto Valverde que hasta el pasado fin de semana dirigía al Real Madrid C, son pocas o ninguna las referencias que se pueden tener, si bien parece poco probable que futbolistas de la talla de Joselu, Puado, Braithwaite, Darder o Denis Suárez figuren fuera del once.