Visitar el Burj Khalifa de Dubái es sinónimo de alcanzar uno de los techos del mundo, en concreto la estructura más alta construida por el ser humano. Con sus 828 metros de altura y sus más de 160 pisos, este rascacielos de estilo neofuturista es el edificio más alto del mundo y el que más plantas tiene. Su sombra, con una longitud de 2.567 metros, es la más larga proyectada por un edificio en todo el mundo y la luz que emite la antena que lo corona puede ser vista a 100 km a la redonda.
Inaugurado el 4 de enero de 2010, este edificio es obra del arquitecto Adrian Smith y, aunque se concibió bajo el nombre de Burj Dubái (Torre de Dubái), finalmente se llamó Burj Khalifa (Torre del califa) en honor al presidente de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), el califa Mohamed bin Zayed al Nahayan.
El Burj Khalifa mide 828 metros de altura y tiene más de 160 pisos.
Un rascacielos de récord
Si viajas a Dubái, no puedes dejar de vivir la experiencia de subir a los cielos de esta ciudad, uno de los siete emiratos que conforman los EAU, a través de su rascacielos más emblemático en el que casi todo es de récord. Recorrer sus más de 160 pisos de altura en alguno de sus 57 ascensores es ya en sí mismo una atracción. Puedes subirte en el elevador que recorre la mayor distancia del mundo (504 metros), así como en los panorámicos, que se mueven a una velocidad de 10 m/s (36 km/h), o en los interiores, que se desplazan a 18 m/s (65 km/h). ¡Una auténtico espectáculo!
El piso 148 del rascacielos, a 555 metros de altura, acoge el salón de lujo SKY, la plataforma de observación más alta del mundo, y desde ella puedes contemplar las costas de Irán, siempre y cuando la marea esté baja y la visibilidad sea buena.
Vista nocturna de Dubái desde el Burj Khalifa.
Un plan perfecto
Si durante la visita te apetece tomar una copa, un té, un café, un cóctel o un rico postre, podrás hacerlo en el lujoso Bar Lounge, entre los pisos 152 y 154, o en su terraza, desde la que podrás disfrutar el doble durante la puesta de sol.
Para una cena de altura, qué mejor que degustar unos exquisitos platos de la cocina típica europea en el elegante entorno del restaurante At.mosphere, el más alto del mundo. Está en el piso 122 a 440 metros de altura y ofrece unas preciosas vistas hacia el horizonte de la ciudad con el Golfo Pérsico al fondo.
Si el bolsillo te lo permite, puedes también alojarte en el Hotel Armani, concebido por el famoso diseñador, el cual ocupa las primeras 39 plantas del edificio con suites que van desde los 45 a los 390 metros. El precio de la habitación por noche oscila entre los 1.000 euros de las más modestas y los 6.000 euros de las más lujosas.
Si lo tuyo es la aventura y estás ávido de emociones fuertes, lanzarte en paracaídas desde lo más alto del rascacielos te hará vivir una experiencia única. También podrás permitirte el lujo de combatir el calor dándote un chapuzón en la piscina más alta del mundo, ubicada en su planta 76.
En el exterior del Burj Khalifa, pero como paso obligado para acceder a él, se encuentra el centro comercial Dubai Mail, el más grande del mundo con más de 1.200 tiendas. Frente a él, un inmenso lago acoge una fuente, cómo no, la más larga del mundo, que ofrece un bonito espectáculo nocturno de luces y sonido.
Espectáculo musical en la fuente situada junto al Burj Khalifa.
Cifras gigantes
Las cifras en torno a este rascacielos son de una envergadura equivalente a la de semejante construcción. El edificio entero pesa unas 500.000 toneladas. Su estructura está compuesta por hormigón armado (330.000 metros cúbicos) hasta la planta 156 (586 metros de altura) y, a partir de ella, los siguientes pisos están construidos de acero (39.000 toneladas), lo que los hace más ligeros. Si colocáramos en línea recta las barras de acero empleadas podríamos darle un cuarto de vuelta a la Tierra.
La cantidad de aluminio utilizada equivale a la que se usaría para construir cinco aviones Airbus A380. El edificio está recubierto por 26.000 paneles de vidrio preparados para aguantar el calor del verano de Dubái y, extendidos, permitirían cubrir unos 17 estadios de fútbol. Los interiores fueron confiados a la diseñadora Nada Andric quien combinó vidrio, acero inoxidable, piedras pulidas, paredes de estuco, texturas artesanales y pisos de roca, inspirándose en la cultura local de Dubái.
Forma de flor
La estructura del Burj Khalifa está inspirada en la forma geométrica de una flor, la Hymenocallis blanca de seis pétalos, cultivada en la región de Dubái y en India. La base tiene un núcleo y tres secciones laterales que sobresalen de él y suben cada una a distinta altura formando una escalera de caracol hacia la izquierda que rodea el edificio y sirve para contrarrestar los fuertes vientos y las tormentas de arena de Dubái. De esta forma, la estructura del edificio se va haciendo cada vez más estrecha y a partir del último nivel terminan las secciones y solo queda el núcleo del edificio que va subdividiéndose hasta terminar en una antena.
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