“Esta agresión sexual con violencia ha salido barata”

“Qué barata ha salido esta agresión sexual con violencia y acceso carnal, tres añitos. Hay delitos de robos y lesiones con la misma pena”. Ana Hernando Tojo, abogada de la asociación Clara Campoamor, está “muy enfadada” tras las primeras rebajas de condena a agresores sexuales por la ley del solo sí es sí en Euskadi, a una de cuyas víctimas representa. “Su incomprensión es total y absoluta. Es una revictimización porque ella ya tenía un capítulo cerrado y volver a abrirlo y darle vueltas... No me puedo poner en su posición porque es terrorífico”, asegura. Más si cabe cuando “ya en su día fue un disgusto porque cuatro años y medio nos pareció una pena muy baja para esos hechos. Encima ahora que salga de rositas con tres años no lo puede entender”, censura, convencida de que “muchas víctimas van a tener que volver a pasar por el trabajo terapéutico para asumir estas situaciones”.

A su representada el agresor “la siguió, le pegó varios puñetazos y le introdujo los dedos por vía vaginal y anal”. Hernando solicitó 12 años, la pena máxima, aunque “a la víctima la tienen que reventar para que se impongan las máximas”. Lo condenaron a cuatro años y medio tras apreciarse dos atenuantes, una de ellas por dilaciones indebidas, “una demora injustificada por parte del juzgado en la tramitación del asunto”. “Él hizo una consignación de 2.000 euros antes del juicio y se le apreció también la atenuante de reparación del daño, que es sangrante. Me parece una atenuante asquerosa”, recalca la letrada. Con todo, “el tribunal rebajó un grado la pena y en la horquilla de tres a seis años se quedaron en el medio, cuatro años y medio. Con el nuevo Código Penal la horquilla es de dos a cuatro años. Si vas al medio, que fue el criterio utilizado entonces, son tres años. Es aritmética pura. En estos casos van a rebajar todas”, advierte.

Sin responsabilidad civil

Con la pena ya cumplida, no espera que el agresor abone la responsabilidad civil. “Ya no tiene ninguna consecuencia para él. Mientras estaba en prisión sí, porque eso le permitía acceder a terceros grados y permisos”, señala. No obstante, aclara, para las víctimas lo más importante no es la compensación económica, sino “que los agresores queden fuera de circulación el máximo tiempo posible”. Por ello, considera que con estas rebajas de penas “no hay reparación” para ellas. “Nos vamos a ver con delitos muy graves –después de los delitos contra la vida, son los que afectan más a las víctimas– con unas penas ridículas”, avisa y confiesa que “lo más complicado es llamarlas para avisarlas de que esto va a ser así”. Al otro lado del teléfono halla desconcierto. “No entienden cómo puede pasar esto cuando había una sentencia definitiva. Imagínate que crees que va a estar en prisión hasta tal fecha y de repente te dicen que va a salir”, dice.

Para Hernando el problema radica en que “se nos había vendido que la ley endurecía y, tal y como está, es un coladero, las penas van a ser más bajas”. De hecho, pone como ejemplo, “el tipo básico de agresión sexual, que era de uno a cinco años, ahora es de uno a cuatro”.

Goteo de rebajas

Ante el goteo de rebajas de condenas, la abogada no se explica “que no se esté haciendo nada”. “Se está dejando dormir el asunto”, opina y destaca que, aunque hubiese una reforma, “todos los que ya han salido o se van a beneficiar en asuntos que están pendientes de enjuiciamiento, porque también se les va a aplicar el Código Penal más favorable, eso ya no tiene solución”.

Revisiones a la baja

Nada más conocerse las primeras revisiones a la baja, Hernando pensó que era “un error”, pero ya no lo cree. “Antes de aprobarse la ley el Consejo General del Poder Judicial y la Asociación de Mujeres Juristas Themis ya advirtieron de este efecto y no se tuvo en cuenta. Igual ellos creen en otro tipo de políticas de reinserción o reeducación, en las que yo no creo en absoluto para este tipo de delitos”, asegura.

Tras recordar que en los últimos años se ha registrado “un incremento brutal de los delitos contra la libertad sexual”, la letrada sostiene que estas rebajas de condena no “animan a su reducción”. “Para muchos agresores enfrentarse a una condena en vía penal importante puede tener un efecto disuasorio que, desde luego, con esto hemos perdido”, señala Hernando, quien concluye que “los más contentos con esta ley son los agresores sexuales”.

Incluye el “acoso callejero”

Para Antonio José Perdices, jurista del Servicio de Asistencia a la Víctima del Gobierno Vasco, “lo que ha podido fallar en este caso es que la información social ha hecho hincapié en aspectos muy mediáticos, sin hacer una verdadera transmisión didáctica del proyecto de Ley y de la propia norma, que incluye muchos más hechos sancionables, como el delito de acoso callejero, y sí endurece las penas”.

Pese a las revisiones de penas a la baja, Perdices no cree que “nadie piense que los delitos sexuales salen baratos, ni que la polémica surgida vaya a hacer aumentar este tipo de delitos; todo lo contrario”. De hecho, sostiene, “una información sosegada y didáctica del contenido de la Ley pone de relieve cómo la sociedad va desterrando comportamientos que antes parecía asumir”.

En este sentido, señala que “en el País Vasco la coordinación para la intervención inmediata” de las distintas instituciones está “dando mucha más confianza a la sociedad, de tal manera que somos una de las comunidades autónomas donde más agresiones se denuncian, lo que permite visibilizar más hechos en las estadísticas e intervenir con las personas afectadas mucho antes para acompañarlas en sus procesos personales o judiciales”. Convencido de que “algo ha cambiado en nuestra sociedad”, considera, no obstante, que “tenemos que continuar con las reivindicaciones, ajustando procesos y educando”.

Información actualizada

Respecto a las personas que han sufrido delitos sexuales, dice, “lo que más reclaman es información actualizada y veraz sobre las consecuencias que va a tener la Ley sobre su procedimiento judicial y en qué medida puede afectarles en su proceso de sanación. Son personas plenamente capaces para asumir las consecuencias de estos cambios aunque, como si fuera el GPS del coche, tengan que proceder recalculando ruta”.