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Vida y estilo

Esta es la edad a partir de la cual nuestro cuerpo desprende 'olor a anciano'

El origen del peculiar aroma que emanan las personas mayores no hay que buscarlo en una cuestión de higiene, sino en los cambios hormonales que se producen en la madurez
Una pareja de personas mayores sonríen mientras se miran.
Una pareja de personas mayores sonríen mientras se miran.

El olor que desprende cada individuo es único, al igual que su físico, sus gestos o su tono de voz. Es la carta de presentación de una persona, un reflejo de su personalidad, y va a influir mucho en la forma en la que es percibida por los demás.

El olor corporal de una persona puede estar condicionado por sus genes o por su estilo de vida, y estará inevitablemente marcado por su edad. Y es que cada momento vital tiene su particular olor.

¿Quién no se ha recreado en el aroma tan especial que desprende un bebé recién bañado? Van pasando los años y llega la adolescencia, esa complicada etapa en la que el despertar de las hormonas desprende su propio aroma, también bastante difícil de sortear. Después llegará la edad adulta y unas décadas más tarde la senectud. En esta última etapa, junto a los evidentes cambios físicos, el cuerpo empieza a desprender un olor característico: el olor a anciano.

Una cuestión hormonal

Aunque a veces este olor pueda asociarse con una falta de aseo, lo cierto es que nada tiene que ver con una cuestión de higiene y así lo explica en declaraciones al diario El País el químico José María Antón. Este experto en biotecnología del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) señala que este olor se debe a la molécula 2-nonenal que se genera en la piel al oxidarse de forma natural los ácidos grasos de la barrera lipídica y que huele muy mal.

De esta forma, el hecho de que las personas mayores huelan diferente no tiene ninguna relación ni con el sudor ni con otros fluidos corporales, sino con esos ácidos grasos que al ser lípidos no solubles en agua son muy difíciles de eliminar.

Ni la ducha diaria con el jabón habitual ni rociarse con medio frasco del perfume favorito servirán para atajar este problema. Sin embargo, algunos laboratorios ya trabajan en fragancias con activos que encapsulan las moléculas que causan el mal olor para desactivar este característico aroma.

Una mujer mayor recién salida de la ducha se mira en el espejo.

Una mujer mayor recién salida de la ducha se mira en el espejo. Freepik

A partir de los 30 o 40 años

Aunque este olor sea más notable a los 60 años, en realidad es a partir de los 30 o los 40 años cuando estas moléculas empiezan a desarrollarse. Con los cambios hormonales aumenta la producción de lípidos en la superficie de la piel mientras se va reduciendo la capacidad antioxidante de nuestro organismo.

Y todo esto tiene además un agravante: es probable que la persona no sepa cuándo empieza a desprender ese olor, ya que a medida que se envejece se va perdiendo capacidad olfativa. A partir de los 70 años, se es casi tan inmune a los malos olores como un niño de 8 años, quien todavía no ha desarrollado plenamente su sensibilidad olfativa y hay determinados aromas que no percibe. En el caso de los adultos, científicos galeses lo atribuyen a la pérdida de fibras olfativas y a la muerte de las neuronas encargadas de procesar las fragancias.

En Japón, país que respeta profundamente a los mayores, da mucho valor social al aseo personal y considera la fragancia como una invasión del espacio común, este peculiar aroma que desprenden las personas de más edad ya se documentó en 2001 y se le dio el nombre de kareishu (el olor de los abuelos).

2023-11-06T11:04:03+01:00
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