Las pipas de girasol son ese pequeño placer que te engancha y que no hay forma de dejar de comer. Un partido de fútbol, una película, una quedada con amigos o una noche de verano en una terraza no son lo mismo sin una bolsa de pipas en las manos.
Las pipas en sí mismas son un alimento muy sano, ya que son una estupenda fuente de proteínas, vitaminas y minerales con un alto contenido nutricional. Por su elevado contenido en fibra, son ideales para perder peso, ya que al hincharse en el estómago nos aportan una sensación de saciedad, ralentizan la digestión y hacen que aguantemos más tiempo sin comer.
En cuanto a su valor nutricional, las pipas son un alimento muy rico en grasas, con un 40% por cada 100 gramos, y muy energético, ya que roza las 600 calorías por cada 100 gramos. Destaca su alto contenido en ácidos grasos saludables (ácido linoleico -omega 6- y ácido linolénico -omega 3-), proteínas y aminoácidos esenciales (alanina, histadina, cisteína y glutamina), vitamina E (tiamina, riboflavina y niacina) y minerales (potasio, fósforo, hierro, calcio y magnesio).
Entre sus numerosos beneficios para la salud destacan sus propiedades antiinflamatorias, protegen el corazón y reducen el colesterol malo y los triglicéridos, aportan energía y favorecen la memoria, fortalecen la musculatura e inciden en el correcto crecimiento de niños y adolescentes, combaten el estrés, los radicales libres y la oxidación celular y aportan calma y relajación.
Cómo debes tomarlas
Las pipas de girasol son uno de los frutos secos más completos pero, pese a sus numerosos beneficios, pueden resultar contraproducentes para la salud si no las tomamos en la cantidad y forma adecuadas.
Para que las pipas no engorden deben consumirse en primer lugar con moderación. Además, deben estar al natural, crudas o ligeramente tostadas; fritas no son recomendables debido a su alto contenido en grasas. La sal es otro aspecto a tener en cuenta, ya que si las pipas contienen mucho sodio, las calorías también se dispararán: 100 gramos de pipas con sal al día nos aportarán 600 calorías diarias.
Pero engordar no es el único problema que nos puede causar el exceso de grasas y de sal, sino que además podemos sufrir problemas cardiovasculares, retención de líquidos y un agravamiento de enfermedades como la hipertensión.
Si tomamos las pipas 100% natural, los expertos señalan que podemos consumir hasta 25 gramos de pipas al menos 5 veces a la semana, es decir, más o menos dos cucharadas de postre al día, lo que nos aportaría unas 140 calorías diarias.
Seguramente, las pipas crudas y sin sal no te resultarán ni tan atractivas ni tan adictivas como esas pipas saladas, tostadas y con saborizantes que estás acostumbrado a engullir una tras otra sin parar y que ya ves que por su alto contenido en grasas y en sal no son tan saludables.
Una buena opción para incluir en tu dieta estas pipas al natural es añadirlas en ensaladas, cremas, barritas energéticas o de cereales, yogures, panes o pizzas. De esa forma, podrás disfrutar de todas sus propiedades sin renunciar al sabor.