Tienes dolor de cabeza, muscular o cualquier otro tipo de molestia y vas rápidamente al botiquín a buscar algún analgésico que te proporcione un alivio rápido. Coges el blíster, sacas una pastilla, te la pones en la lengua, un trago de agua y para adentro.
Si eres de los que te cuesta tragar, le dedicarás un poco más de tiempo a la forma en la que colocas la cápsula para que pase por la garganta lo mejor posible. Si no tienes mucha dificultad, ni siquiera eso.
Pues bien, un grupo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins de la ciudad de Baltimore, en el estado norteamericano de Maryland, ha publicado un estudio en la revista científica Physics of Fluids en el que concluyen que, pese a ser un acto automático, la postura del cuerpo en el momento de tomar la medicación puede jugar un papel esencial en la velocidad en la que el organismo absorbe el medicamento.
Aunque parezca absurdo, los científicos han encontrado diferencias de más de una hora en el tiempo de absorción de la pastilla según la postura corporal que tenemos cuando tomamos el medicamento.
La investigación se basa en la forma en la que se disuelve un fármaco en el estómago. La mayoría no hace efecto hasta que éste vierte su contenido en el intestino, por lo que cuanto más cerca de esa zona del estómago llegue la pastilla antes comenzará a disolverse y antes vaciará su contenido hacia el duodeno (primer segmento del intestino delgado).
Y precisamente, aunque nunca te lo hayas planteado, el lugar del estómago en el que va a caer el medicamento dependerá de la postura al tragarlo, debido a la acción de la gravedad y a la asimetría de este órgano.
Cuatro posturas distintas
Los investigadores probaron cuatro posturas diferentes: tumbado sobre el costado izquierdo del cuerpo, tumbado sobre el costado derecho, recto y tumbado boca arriba.
Y tras el estudio la conclusión a la que llegaron fue clara: la postura más efectiva era la de tragar las pastillas tumbado sobre el lado derecho del cuerpo, ya que su absorción era 2,3 veces más rápida. La peor opción, por el contrario, era tomarla tumbado sobre el lado izquierdo.
Según los investigadores, una persona tumbada sobre el lado derecho tarda diez minutos en absorber el medicamento, mientras que los que la toma en posición recta o tumbado boca arriba lo hacían en 23 minutos. Los que la ingerían tumbados sobre el lado izquierdo tardaban hasta 100 minutos.
Ahora que lo sabes, la próxima vez que vayas a tomar algún fármaco serás consciente de la importancia que tiene la postura. Llevarlo a la práctica o no ya queda en tu mano.
Las medicinas, mejor con agua
A la hora de tomar un medicamento nos preguntamos si nos sirve cualquier bebida y los expertos nos aconsejan que lo mejor es tomarlo con un vaso de agua. En el caso de los zumos, suelen tener un pH ácido que puede ser incompatible con fármacos básicos. Café, té, batidos de chocolate, bebidas de cola y otras bebidas energéticas tampoco son recomendables ya que pueden actuar potenciando o inhibiendo la absorción de los medicamentos. En el caso de la leche, los antibióticos pueden interaccionar con el calcio de los lácteos. El alcohol, por supuesto, interacciona con la mayoría de medicamentos, por lo que nunca debe consumirse medicación con bebidas alcohólicas.