En la vida hay invitaciones a las que nunca debes decir que no y son esas que tienen tan buena pinta que si no las aceptas te arrepentirás. Frente a ellas, hay otras que tampoco puedes, o debes, rechazar, y no precisamente porque sean un planazo, sino porque son una obligación.
Algo así ocurre con las encuestas del Instituto Nacional de Estadística (INE); si el organismo se fija en ti, no dudes en aceptar el plan que te tiene preparado, ya que, si no lo haces, en este caso sí que te puedes arrepentir, y mucho.
Qué es el INE
En España, el INE es un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital y su principal función es elaborar estadísticas sobre la situación y evolución de la población, la economía y la sociedad.
Para recabar los datos que después empleará el Gobierno para su gestión, en primer lugar elige una muestra representativa, bien de ciudadanos o de empresas, para extrapolarla después a la población en general.
Tras dicha selección, el organismo se pondrá en contacto con las personas o empresas elegidas mediante una carta personalizada en la que se les anunciará la próxima visita o llamada de un entrevistador. En ella consta un número de teléfono de contacto para resolver cualquier duda.
Para evitar cualquier tipo de estafa, el INE advierte de que nunca solicitará a los ciudadanos su participación en encuestas por medio del correo electrónico.
Colaboración obligatoria
Así, si eres uno de los agraciados, un día encontrarás una carta del INE en el buzón. Días después recibirás una llamada de teléfono desde un número larguísimo que al principio te resistirás a descolgar pensando que es una llamada comercial.
Probablemente, y en parte gracias a su tenacidad, al final acabarás respondiendo a la llamada y amablemente te confirmarán que has sido elegido para colaborar con la administración. La carta que has recibido en el buzón incluye un código numérico para que puedas comprobar que tu interlocutor es en realidad un trabajador del INE.
Multas según el tipo de infracción
Una vez que el ciuddano ya ha sido contactado por el INE, está obligado a proporcionar datos veraces, exactos y completos. Negarse a participar en la encuesta o hacerlo de forma incorrecta, incompleta o fuera de plazo supone cometer una infracción que está castigada con sanciones que pueden ir desde los 60 euros hasta los 30.000 euros.
Las infracciones pueden ser de tres tipos: muy graves, graves y leves. Entre las primeras se incluye negarse de forma habitual y con excusas falsas a colaborar en las encuestas. No enviar datos o no hacerlo a tiempo y con información errónea se considera una falta grave si con ello se ocasiona un "perjuicio" considerable a la administración. Si no es así y el impacto es menor, se seguirá valorando como una infracción, pero de tipo leve.
Dependiendo del tipo de falta, la Ley 12/1989, de 9 de mayo, de la Función Estadística Pública establece (en pesetas) la cuantía de las sanciones: las infracciones muy graves llevan aparejadas multas de entre 500.001 a 5.000.000 de pesetas (entre 3.000 y 30.000 euros); las graves van de 50.001 a 500.000 pesetas (de 300 a 2.999 euros), y las leves, de 10.000 a 50.000 (de 60 a 300 euros).
Contraprestación
Responder a las encuestas lleva su tiempo, pero según el INE esta colaboración tiene una importante contraprestación: el bien común. "Su colaboración es muy importante para tener unas estadísticas fiables que permitan tomar las decisiones más adecuadas para un mejor desarrollo económico, del que nos beneficiamos todos los españoles", precisa el organismo, que recuerda que los encuestados pueden acceder a los datos del instituto, al igual que el resto de los ciudadanos. Quienes aportan datos, eso sí, reciben "un trato económico privilegiado" si quieren hacerse con información agregada. ¡Un chollo!