No cabe ninguna duda de que el euskera es cuna de inagotables curiosidades. A sus ya más que conocidas teorías de su enigmático origen, se le unen otras como, por ejemplo, el parecido que guarda con términos de otras lenguas o aspectos gramaticales como su declinación y género, entre muchas otras.
Asimismo, en la actualidad, es frecuente que, incluso hablando en otros idiomas, incluyamos en nuestro vocabulario términos euskaldunes. Bien por tradición o bien por nuestro entorno, los empleamos a diario y prácticamente sin darnos cuenta de ello.
Dos palabras muy comunes
Tal y como indican la Inteligencia Artificial de ChatGPT los divulgadores de nombres Toponomasticon Hispaniae, hay algunas palabras dentro del euskera consideradas por muchos como “las más antiguas”.
Estos términos son 'aita' (para nombrar al padre) y 'ama', cuyo significado es madre. Son dos vocablos que usamos a diario para referirnos a nuestros progenitores. Es algo que se ve incluso en los no vascoparlantes, que los utilizan de modo natural.
Según los especialistas, la palabra ‘aita’ era un nombre propio masculino, de raíces castellanas, y que era frecuente encontrarlo en el medievo. A pesar de que hay variaciones como Eita, Ecta o Aeita, el término vasco provendría de ‘aita’,
Por otra parte, ‘ama’ es una palabra cuya presencia abunda en muchas lenguas. Por ejemplo, del coreano ‘am’ (hembra), del japonés ‘ama’(cielo, madre) y del chinés ‘ama’ (madre). Hasta se han llegado a recopilar pruebas de su uso en culturas como la sumeria.
Misterioso origen
Algunas hipótesis apuntan a que el euskera habría nacido en el Cáucaso, concretamente en Georgia. Esta zona ubicada a caballo entre Europa y Asia, está repleta de vastos valles y escarpados montes, albergando un cóctel de lenguas, etnias y culturas diferentes entre sí.
Las investigaciones explican que el euskera sería muy próximo al daguestano y especialmente al georgiano, si bien no hay claras evidencias que liguen un modelo proto-euskérico y otro proto-caucásico. Sin embargo, hay dos grandes teorías al respecto.
La primera se basa en los flujos migratorios que tuvieron lugar en el pasado. De acuerdo con esta idea, los pueblos caucásicos se desplazaron en la antigüedad hacia la zona de los Pirineos. Dicho de otro modo, los vascos serían descendientes directos de estos emigrantes caucásicos.
La segunda teoría incide en una supuesta expansión proto-vasca en Europa tras la última gran glaciación, siendo el sur de Francia y el norte de la península ibérica los puntos de partida. En este caso, los caucásicos podrían ser los descendientes de estos antiguos vascos que emigraron al Cáucaso.
Otras curiosidades
Al margen de la ya mencionada, el euskera abarca muchas más particularidades y aspectos a tener en cuenta. Estos algunos de los más comentados y que pasan desapercibidos para la mayoría de los hablantes.
Sistema numérico
Un aspecto a seguir del euskera es su particular sistema numérico. Nuestro idioma se distingue de otros por una estructura vigesimal y no decimal. Es decir, alternando la palabra diez con múltiplos de veinte, conseguiremos el resultado de los números.
Dicho de otro modo: tras los 20 primeros, los siguientes se construyen combinando la decena con los anteriores veinte números. Y así sucesivamente hasta el 60, donde se vuelve a hacer lo mismo para llegar al 80.
Ni tilde ni género
El euskera no tiene un género claro en sus palabras. Por ejemplo, en el castellano, al poner un determinante artículo a una palabra, se diferencia según el género gramatical. Por eso se dice “la casa” o “el parque”. No obstante, en euskera sería “etxea” y “parkea”.