El laurel es una planta muy versátil que se ha utilizado tradicionalmente como remedio natural para tratar enfermedades o como especia en la cocina para dar un toque especial a los guisos. Considerada por griegos y romanos como un símbolo de sabiduría, poder, fama y victoria, en la antigüedad, en forma de corona, ha ceñido la cabeza de poetas, líderes y emperadores.
Originaria del Mediterráneo, es una planta perenne de hojas brillantes y ovaladas que desprende un olor característico. Es muy sensible a las heladas y crece muy lentamente, aunque en la edad adulta puede llegar a medir 14 metros de altura. Sus hojas se cosechan durante todo el año y para secarlas se recomienda colocarlas cabeza abajo en un lugar seco y sombreado. Antes de usarlas, quítales el pecíolo.
Su madera es aromática, dura y se utiliza para fabricar cajas y distintos utensilios para el hogar. Su leña tiene un gran poder calorífico y al quemarse desprende un agradable aroma.
En cuanto a la salud, se trata de una planta con muchos nutrientes, rica en vitaminas y una importante fuente de calcio, hierro, magnesio, potasio, zinc, selenio y fósforo. Hay muchas variedades de laurel, pero todas tienen numerosas propiedades para nuestro organismo. Algunas de ellas son:
- Relajante. Aunque parezca extraño, meter una o varias hojas de laurel en una bolsita de tela y colocarlas debajo de la almohada puede beneficiar y mucho a nuestro organismo. Su aroma tiene una función antiestrés y un efecto calmante de cuerpo y mente, lo que hará que nos relajemos y descansemos mejor. Colócalas durante unas horas antes de acostarte y retíralas cuando vayas a meterte en la cama.
- Digestiva. El laurel estimula las secreciones gástricas, mejora la digestión y evita la hinchazón y las flatulencias. Además, reduce la inflamación intestinal y previene el síndrome del intestino irritable.
- Antioxidante. Los flavonoides son unos potentes antioxidantes que protegen las células de nuestro cuerpo de los radicales libres que pueden provocar un envejecimiento prematuro y enfermedades crónicas como el cáncer o enfermedades cardiovasculares.
- Expectorante. Previene gripes y resfriados, despeja las vías respiratorias, reduce síntomas como la congestión y la fatiga y es un buen remedio natural contra la tos, la bronquitis y otros problemas respiratorios. Cuece unos minutos hojas de laurel en agua hirviendo, cuélalo y bébete el líquido caliente. También puedes hacer baños de vapor con hojas de laurel.
- Antiinflamatoria. Reduce el dolor y la rigidez muscular por lo que es recomendable para paliar la artritis y otras afecciones musculoesqueléticas. Masajea la zona afectada con aceite esencial de laurel.
- Uso tópico. Antiguamente era habitual su uso para evitar infecciones de la piel con heridas, llagas o quemaduras.
- Piel y cabello. La planta contiene ácidos grasos y vitaminas que pueden ayudar a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel y la caída del cabello. Además, combate la sequedad y el picor del cuero cabelludo, elimina la grasa del pelo y es un remedio eficaz contra los piojos.
Otros usos del laurel
- En la cocina. El laurel se emplea para aromatizar salsas, guisos, sopas y otros platos. Se suele colocar las hojas enteras o bien machacadas en adobos y se retiran antes de servir.
- Protección. El laurel en el hogar es signo de protección y buen augurio, y ahuyenta los rayos y los malos espíritus.
- Repelente natural. Coloca hojas de laurel en algunas esquinas de la casa y su olor mantendrá alejados a insectos como hormigas, polillas, pulgas o cucarachas.
- Desodorante. Quemar hojas de laurel secas hará desaparecer los malos olores del ambiente.
- Clima. Existe la creencia de que si el laurel florece dos veces en el verano, el invierno siguiente será particularmente frío.