El papel higiénico es un producto indispensable en cualquier hogar como quedó patente durante la reciente pandemia de la covid. Estanterías arrasadas en los súper, carros de compra hasta los topes y un pánico generalizado entre la población a quedarse sin papel de baño hicieron de este producto el bien más preciado.
Pues bien, pese a ser un artículo de primera necesidad hay muchos aspectos de él que pasan desapercibidos. Llamado también rollo higiénico, papel sanitario, papel toilette, papel íntimo o papel confort, según el país, este tipo de papel fino se utiliza fundamentalmente para el aseo íntimo tras realizar las necesidades corporales (orinar o defecar). Su origen se remonta a la China del siglo IV y a mediados del siglo XIX su uso se extendió al resto del mundo.
Suele estar elaborado con fibra vegetal, mezclada con agua y varias sustancias químicas, o con papeles reciclados dotados de una cierta resistencia. En ambos casos, estos papeles son aptos para tirar por el inodoro, ya que se deshacen fácilmente al entrar en contacto con el agua y no atascan las tuberías.
Los rollos de papel de baño más habituales son los de color blanco, aunque también los hay rosas o amarillos claros o incluso negros o marrones para los más excéntricos; perfumados o sin perfumar, de una, dos o tres capas, reciclados, extrasuaves o más ásperos... Se trata de un producto tan particular que incluso en cada país el tamaño de su hoja es distinto: mientras que en España es de 92 mm x 120 mm, en Alemania es de 105 x 148, en EEUU de 114,3 x 114,3, en Brasil de 200 x 250 y en otros países de Latinoamérica, de 98 x 98.
Una cuestión práctica
Otro aspecto del papel higiénico en el que quizás nunca has reparado es el de los dibujos. ¿Por qué algunos rollos llevan impresos dibujos como flores, hojas, olas, perros, cuadrados o el logo de la marca? Hay que decir que en España ningún papel de baño es completamente liso ya que todos tienen al menos una marca, lo que se conoce como gofrado, y es como un sello que sirve para unir las distintas capas del papel.
Más allá de esta marca básica, ya decimos que los diseños que aparecen en el papel higiénico pueden ser de lo más variados. Sin embargo, no se trata de una cuestión estética para embellecer tu baño o para resultar más atractivo a la vista, sino que responde a una razón práctica. El dibujo sirve para que el papel se adhiera mejor a tu piel para retirar con facilidad cualquier resto de suciedad. De esta forma se garantiza una limpieza a fondo de las partes íntimas sin causar irritación.
Ya hemos visto que el papel higiénico es uno de los productos más consumidos en los hogares españoles y su mercado mueve en el país unos 450 millones de euros al año. Cada español invierte en él alrededor de diez euros anuales y el precio del rollo oscila entre los 15 céntimos de los más baratos y los 45 céntimos de los más caros.
Y en el caso del papel de baño, como en otros muchos productos, lo barato a veces resulta caro. La próxima vez que hagas la compra en el súper y vayas a echar mano del papel de baño recuerda que el más recomendable es el de doble o triple capa y con dibujo. Aunque su precio es algo superior, al ser más grueso necesitarás usar menos cantidad cada vez, por lo que es probable que finalmente la diferencia no sea tanta.