La tienda más peligrosa del mundo no está en un barrio conflictivo de una gran ciudad, sino suspendida en un precicipio, colgando literalmente a 120 metros de altura. Apta sólo para atrevidos escaladores que, eso sí, se hayan acordado de meter alguna moneda o billete en sus bolsillos, aunque también se puede pagar con el teléfono móvil.
Esta tienda, que realmente es un estrecho cubículo en el que apenas cabe una persona junto a los productos para vender, se encuentra situada en el Parque Geológico Nacional Shiniuzhai, en la provincia china de Hunan. Pero si está ahí es porque cumple su función, que es abastecer a los escaladores de snacks y bebidas en mitad de la subida a una enorme pared vertical, aunque no es el sitio más cómodo para tomar un refrigerio.
Obviamente, los empleados de la pequeña tienda tienen que ser también unos expertos escaladores para llegar a diario hasta ella. Como es lógico, los turnos son individuales (no caben dos personas) y el principal problema es la ausencia de baño. Si necesitan usarlo tienen que descender la pared vertical y volver a subir, con lo que intentan beber muy poca agua para evitar ese problema.
Eso sí, aunque parezca mentira, los precios de los productos son asequibles, no están muy por encima del que tendrían en cualquier tienda al uso, con lo que no hay un gran margen de negocio, aunque a los impulsores les queda la satisfacción de proporcionar a los escaladores un poco de energía y descanso cuando más lo necesitan.