Hacer ejercicio con regularidad es la mejor forma de permanecer activo, mantenerse en forma y no llevarse una sorpresa cada vez que uno se sube a la báscula. Eso sí, debe ir siempre acompañado de una dieta sana y equilibrada.
Las opciones para ejercitarse son numerosas y muy variadas de forma que, según nuestra edad y forma física, siempre habrá unas disciplinas que nos resultarán más adecuadas que otras.
Si correr no es lo tuyo porque te supone un desgaste excesivo pero te sientes a gusto caminando, hay una técnica que te puede ayudar a perder tanto peso o más que el running. Se trata del Power Walking, una disciplina que se ha puesto de moda y que consiste en caminar a un ritmo rápido y constante, con unos movimientos, una respiración y una postura adecuados para alcanzar una mayor velocidad en la caminata.
Para practicar correctamente esta disciplina hay que caminar con energía, balanceando los brazos, manteniendo abdomen y glúteos contraídos y elevando ligeramente la punta del pie. Para evitar sobrecargas cervicales debemos proteger la zona lumbar y las dorsales, mantener la vista al frente, los hombros atrasados, la espalda erguida y alineada y el pecho elevado.
Como si llegaras tarde
La técnica del Power Walking nada tiene que ver con un paseo tranquilo, sino que en ella el ritmo es bastante intenso pero más lento que en el running. Nunca están los dos pies a la vez en el aire, por lo que el impacto con el suelo es menor y se produce menos presión sobre las articulaciones y los huesos.
Como referencia, el Power Walking normalmente alcanza según los expertos una velocidad media de 6,4 a 8 km/h, es decir, debemos caminar con pasos cortos como si llegáramos tarde a alguna parte pero a un ritmo que nos permita hablar con la persona que nos acompaña. De esta forma, se puede practicar solo o acompañado de otras personas y hacerlo en contacto con la naturaleza nos proporcionará además importantes beneficios físicos y mentales.
Los expertos aconsejan ir aumentando la frecuencia, la duración y la intensidad del ejercicio de forma progresiva, según la condición física de cada persona, para evitar el sobreesfuerzo y el riesgo de sufrir una lesión. Resulta muy efectivo para quemar grasa corporal y calorías sin implicar riesgos para la salud.
Beneficios del Power Walking
Caminar a buen paso va a repercutir muy positivamente en tu salud. Algunos de sus beneficios son:
1- Adelgazamiento. Una sesión de caminata enérgica se podrá prolongar más tiempo que una de running, por lo que el desgaste físico también se incrementará, habrá un mayor consumo de calorías y una mayor pérdida de peso.
2- Antienvejecimiento. Retrasa los efectos del envejecimiento, potencia la capacidad cognitiva y ayuda a reducir o a retrasar el impacto del Alzheimer y los problemas de memoria.
3- Mejoras cardiovasculares. Al aumentar la velocidad de la caminata se optimiza la tensión arterial y se acelera el ritmo cardíaco y la respiración, favoreciendo así la oxigenación de la sangre. Además, disminuyen otros factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares como el peso corporal o la circunferencia de la cintura.
4- Sistema inmunológico. Puede mejorar la respuesta inmunológica, la tolerancia a la glucosa, retrasar la osteoporosis y ayudar a mantener el colesterol bajo control.
5- Músculos y articulaciones. Permite fortalecer las articulaciones y tonificar la musculatura del tren superior e inferior, lo que resulta beneficioso en casos de artrosis y de artritis y para favorecer el suelo pélvico.
6- Psicológicos. La actividad física, sobre todo al aire libre, hace que el cerebro libere neurotransmisores como la serotonina y la dopamina. Estos proporcionan grandes beneficios sobre el bienestar emocional con un estado de ánimo más positivo y una mente más despejada, menos estrés, ansiedad y depresión y una mayor autoestima.
7- Calidad del sueño. La práctica de Power Walking proporciona una mejora en la duración y la calidad del sueño, así como una menor ingesta de medicamentos para dormir.
8- Mejor equilibrio. Caminar rápido hace que mejore en las mujeres mayores de 50 años la estabilidad postural al mejorar la densidad mineral ósea, el peso y la composición corporal.
Como conclusión, si correr te supera, el Power Walking puede ser una buena opción para ti al ser una técnica menos exigente pero con unos beneficios físicos y psicológicos incluso superiores a los del running.