El pasado 20 de abril marcó el hasta ahora último hito de la pandemia de coronavirus, el fin de la obligatoriedad de las mascarillas en la mayoría de espacios interiores. La medida entraba en vigor dos días después de la primera Semana Santa de práctica normalidad tras dos años con restricciones y avecinaba un incremento de los contagios que, efectivamente, se produjo.
Sin embargo, casi seis semanas después de decir adiós al principal símbolo de esta crisis sanitaria, la estabilidad ha vuelto a las cifras de incidencia y el sistema hospitalario de Gasteiz está soportando sin excesivos apuros los ingresos provocados por el patógeno.
Tanto es así que todos los eventos que antes de la pandemia acostumbraban a reunir grandes multitudes, así como los viajes o los encuentros sociales de todo tipo se están recuperando prácticamente en su totalidad y nada hace indicar a día de hoy que en las próximas semanas –o incluso meses– vayan a darse pasos atrás.