Estados Unidos mira a la empresa vasca para que contribuya a su transformación

Estados Unidos como tierra de oportunidades. Suena a eslogan, y de hecho lo es porque supone uno de los leit-motivs fundacionales del país, pero es también el mensaje que trajeron esta semana a Bilbao representantes de 10 estados de la nación norteamericana bajo el auspicio de la Agencia Vasca de Internacionalización, en colaboración con la Embajada estadounidense en Madrid. Una jornada de trabajo que se celebró por vez primera en 2019 y que busca exponer las ocasiones de negocio en EE. UU. para las empresas vascas. Detrás de esa idea hay una estrategia impulsada tanto a nivel federal como desde los propios estados y que se enmarca en la ambiciosa IRA (Inflation Reduction Act’. Una ley aprobada en 2022 por la Administración Biden cuyo encabezamiento hace referencia a las medidas encaminadas a luchar contra la inflación, pero que sobre todo se centra en atraer inversiones que permitan al país encarrilar en la próxima década la transición energética. El objetivo final es una transformación económica que dé solución a los grandes retos de la economía estadounidense, que no dejan de ser los mismos del resto de economías avanzadas: actuar contra el cambio climático, asegurar las bases tecnológicas del futuro y garantizar relevo generacional en las empresas. Por ello busca captar inversiones y talento en distintos núcleos geográficos del mundo, y sus responsables de promoción económica saben que Euskadi es una de las regiones europeas más propicias para ello.

“El País Vasco es una de las regiones más fuertes de Europa en términos económicos. La energía, por ejemplo, es ahora mismo un campo de grandes oportunidades en Estados Unidos gracias a las nuevas regulaciones y estamos tratando de identificar compañías que puedan ser interesantes. Queremos acompañar a las empresas vascas en su tránsito a Estados Unidos”, subraya Antje Abshoff, directora de Inversión Extranjera del gobierno del estado de Virginia y presidenta también de CASE (Council of American States in Europe). A lo largo de las últimas semanas, esta delegación de representantes estadounidenses de Texas, Virginia, Ohio, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Indiana, Nueva York, Georgia, Pennsylvania y Wisconsin ha girado visita por otras comunidades españolas. Su objetivo es dar a conocer las oportunidades que la ley ofrece, especialmente en sectores como “la energía, la biotecnología, la manufactura avanzada, la química, la automoción, la producción alimentaria y la industria de fabricación de baterías y semiconductores”, entre otros, indica Marine L’Herrou, directora de Inversión Extranjera de la oficina europea del estado de Nueva York. Actualmente, según datos de la Agencia Vasca de Internacionalización (Basque Trade & Investment), están implantadas en Estados Unidos un total de 239 empresas vascas, con un centenar de plantas de fabricación y producción, mientras que el resto son de carácter comercial.

ADQUISICIONES

En los últimos años se han producido varios procesos de compra de compañías de Estados Unidos por parte de empresas vascas. En junio de 2021, la vizcaina Befesa compró American Zinc Recycling, en una operación que se finalizó en 2022 por un total de cerca de 510 millones de euros. En enero de 2022, la guipuzcoana Alcorta Forging amplió su presencia internacional con la compra de una forja, LC Manufacturing, en Detroit. Por último, también en 2022, Iberdrola anunció la adquisición de PNM Resources por un importe aproximado de 6.000 millones de euros. “Me hace mucha ilusión que las empresas vascas sigan mostrando confianza en las oportunidades del mercado de EE. UU. Nos están aportando su conocimiento y tecnología” indicó en la apertura de la jornada John Coronado, consejero para Asuntos Comerciales de la Embajada de Estados Unidos en Madrid.

Estados Unidos es el tercer socio comercial más importante para las exportaciones vascas. Solamente el año pasado se exportaron bienes por valor de 2.737 millones de euros (479 millones más que el año anterior), un volumen que solo superaron Alemania, con 5.143 millones, y Francia, con 4.875. Reino Unido, pese a ser todavía un destino de referencia, pierde pujanza y ocupa el cuarto puesto, con 2.042 millones. Los principales productos exportados a Estados Unidos por su valor económico son: petróleo y sus derivados; vehículos de carretera; hierro y acero; manufacturas de metales y maquinaria y equipo industrial. Un listado que remite a la producción tradicional de la industria vasca, pero que ahora se puede ver ampliado al calor de los procesos de cambio que busca Estados Unidos.

INCENTIVOS

Para ello, sus departamentos de promoción económica se esforzaron en transmitir las ventajas de su ecosistema laboral y social. Uno de los puntos en los que se incide con más énfasis es el relativo a los incentivos fiscales con los que se pretende atraer inversiones, un punto que por otra parte ha sembrado desconfianza en la Comisión Europea, que lógicamente aspira a que sus empresas destinen sus recursos a los países de la Unión, razón por la que también lanzó el pasado año el llamado Pacto Verde Europeo para la facilitación de la transición energética y económica. Además, otras de las virtudes que exhiben los estados tienen que ver con su infraestructura, especialmente en materia de transporte, costes más competitivos en materia de energía, y un mercado de trabajo especializado, además de las vinculadas a un ámbito más social, como la posibilidad de acceder a un modelo de ocio con muchas opciones deportivas y recreativas. El mapa de la presencia vasca en EEUU se expande por prácticamente todos los estados, con especial intensidad en Michigan, Florida y Texas.

“Esta es una región con mucho potencial y con lazos históricos y culturales con Estados Unidos”, apunta por su parte Camilo Vicaría, responsable de Inversión Extranjera del Departamento de Comercio del estado de Carolina del Sur. “Las empresas vascas son muy innovadoras y reúnen un talento laboral muy bien formado. Se trata de compañías con mucho recorrido para crecer, muy especializadas en sectores que tienen gran cabida en Estados Unidos, como la automoción eléctrica y la manufactura avanzada”, añade.