“Estamos poniendo el medio ambiente en el centro y eso es un cambio revolucionario”

Los efectos que causa el cambio climático en el planeta son cada vez más evidentes, la cuestión es saber si estamos a tiempo para evitar males mayores. Los datos reflejan una situación verdaderamente alarmante: según un informe de IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático), elaborado por expertos de 66 países pertenecientes a la ONU, la concentración actual de CO₂ en la atmósfera es la más alta de los últimos dos millones de años y la temperatura global ha subido 1,1 grados centígrados con respecto a la era preindustrial. El calentamiento global crece a un ritmo sin precedentes y ya no basta con reducir las emisiones.

Nos estamos jugando el planeta y es preciso pasar a la acción, porque aunque la comunidad científica advierte que ya vamos tarde para revertir la situación, aún estamos a tiempo de llevar a cabo acciones que nos permitan al menos ralentizar este proceso. Es de suma importancia responder al desafío medioambiental y es por ello que constituye una de las prioridades marcadas en la Agenda 2030, un plan de acción a favor de las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas, consensuado en el año 2015 por 166 países de la ONU y que recoge 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

¿A qué riesgos nos enfrentamos? ¿Qué podemos hacer desde Euskadi para abordar el cambio climático? ¿Cuál es la manera más efectiva para reducir la concentración de CO₂? Sobre estas y otras cuestiones ha girado el último encuentro organizado por GRUPO NOTICIAS en colaboración con Gobierno Vasco. Bajo el título Agenda 2030: la necesidad de responder al desafío ambiental, la jornada, moderada por el periodista Imanol Arruti, contó con la participación de Eduardo Iribarren, director de NOTICIAS DE GIPUZKOA; Asier Aranbarri, director de Innovación Social de Gobierno Vasco; Jorge Fernández, investigador sénior y coordinador del Laboratorio de Energía y Medio Ambiente de Orkestra, Instituto Vasco de Competitividad (Fundación Deusto); Alexander Boto, director general de Ihobe, Sociedad Pública de Gestión Ambiental de Gobierno Vasco; y Olga Martín, directora general de Aclima, Basque Environment Cluster.

“La lucha contra el cambio climático es una carrera contrarreloj en la que no vamos a la cabeza”, introdujo Eduardo Iribarren, quien advirtió que “asumir que el proceso es irreversible puede conllevar el peligro de bajar los brazos. Nada de lo que hagamos en favor del medio ambiente es en balde”. En cuanto a la situación de Euskadi, el director de este periódico apuntó que “la movilidad y el transporte constituyen dos asignaturas pendientes: “Mientras que la industria ha reducido sus emisiones un 38% en los últimos 15 años, el transporte las ha aumentado un 17%”, puntualizó.

Desafíos y oportunidades

Asier Aranbarri, quien aprovechó para elogiar “la celebración de foros como este en los que tenemos la oportunidad de parar y reflexionar sobre temas tan relevantes como el cambio climático”, subrayó la necesidad de seguir sensibilizando a la ciudadanía en torno a la importancia de los ODS, “porque se trata de objetivos bien definidos, que ponen en el centro a la persona, sin dejar a nadie atrás”.

El director de Innovación Social de Gobierno vasco dijo que “la sociedad se enfrenta en la actualidad a tres grandes transformaciones: la transformación social, la económico-digital y la energético-climática”, y que abordar dichas transformaciones “nos interpela a todos y cada uno de nosotros, no solo a las instituciones”.

Asimismo, reflexionó sobre el papel que juega la energía en todo esto: “Estamos a las puertas de un nuevo mundo y la energía ocupa una posición central. La energía mueve el mundo, pero las fuentes de energía no son infinitas y debemos buscar alternativas para garantizar el futuro de nuestro planeta”. En ese sentido, el representante del Gobierno Vasco puso en valor iniciativas como Ekiola, que recientemente ha inaugurado una nueva planta en Araba, y que promueve la creación de comunidades energéticas de formato cooperativo . “La descarbonización de la economía es una cuestión que nos afecta a todos, ya que supone también cambiar nuestros hábitos de consumo. Estamos ante un problema de gran magnitud, que comporta importantes desafíos, pero también muchas oportunidades”, concluyó.

Euskadi como referente

Tras las palabras de Iribarren y Aranbarri, tuvo lugar un apasionante diálogo protagonizado por el investigador Jorge Fernández, el economista ambiental Alexander Boto y la ambientalista Olga Martín, quienes departieron sobre cómo se está abordando en Euskadi el problema climático. Los tres convinieron en que “ya vamos tarde” y así lo reflejan datos como que el 2022 ha sido el año más caluroso desde que existen registros. “La pregunta es qué escenario vamos a encontrarnos una vez consigamos estabilizar las emisiones. En ese sentido, es importantísimo escuchar lo que nos dicen los científicos, porque muchas de las soluciones van a venir de su mano”, defendió Fernández. Boto, además, añadió que “la ciencia nos habla de los efectos del cambio climático, pero también de que esto abre ventanas de oportunidad”.

Lo cierto es que aunque el panorama sea preocupante, los participantes se mostraron optimistas en cuanto al posicionamiento de Euskadi en la denominada carrera verde. “El problema ha llegado para quedarse, pero en Europa estamos viviendo un cambio de paradigma revolucionario, de la mano de acuerdos como el Pacto Verde Europeo, que ponen el medio ambiente en el centro. Es un momento de oportunidad y no podemos dejar pasar el tren. En Euskadi, donde llevamos décadas de transición ecológica, tenemos la experiencia y el conocimiento y esto nos puede convertir en referentes. Tenemos que adoptar nuevas formas de hacer y escalarlas otros territorios”, abundó Martín.

Boto, por su parte, quien explicó que de los tres grandes bloques que están pugnando a nivel mundial por ganar la carrera verde (Estados Unidos, China y Europa), sobresale el Viejo Continente, consideró el buen papel desempeñado por la industria vasca: “En Euskadi estamos demostrando que se puede llevar a cabo una transición ecológica y crecer al mismo tiempo. Desde el año 2.000 nuestro PIB ha crecido un 40% y esto se debe al importante papel que ha jugado la industria en este sentido”.

Otro de los temas a considerar, a juicio de los expertos, a la hora de abordar la reducción de emisiones fue el de la responsabilidad compartida: “Los países que más emiten son los desarrollados. Somos los que más hemos contribuido y ahora nos toca dar la cara”, sentenció la medioambientalista, quien recordó que el ODS relativo al clima (ODS 13), Acción por el clima, “es una llamada a la acción para todos y cada uno de nosotros, porque una pequeña acción llevada a cabo por millones de personas conlleva cambios importantes”.

En ese sentido, el director de Ihobe reconoció que en las diversas cumbres en las que ha participado ha sido testigo “de los debates a cara de perro que surgen entre países, porque los países que menos emiten son aquellos que están en vías de desarrollo, y reclaman las mismas condiciones para poder estar al mismo nivel”.

Además, Fernández opinó que “debemos ayudar a otros países a hacer la transición energética, porque reducir los riesgos redunda en beneficio de todos. Invirtamos recursos en investigación e innovación y exportemos ese conocimiento. Se trata, claramente, de una situación win-win”, clamó.

Diversos factores

Para el investigador de Orkestra, a la hora de buscar soluciones y acuerdos es fundamental “tener en cuenta la realidad de cada país: el nivel de desarrollo, el mix energético, el contexto político, la realidad social e incluso la exposición al riesgo climático”. Teniendo esto en cuenta, Fernández hizo hincapié en el planteamiento de la Agenda 2030: “Lo interesante de la Agenda 2030 es, precisamente, que recoge muchos de los factores mencionados y trata de plantear una solución integral teniendo en cuenta las diversidades”. Martín, por su parte, matizó que “esto es un problema global que tenemos que resolver desde lo local, lo cual también nos puede abrir el abanico de soluciones. No veo más que oportunidades por todas partes”, se congratuló.

Llegados a este punto, el investigador pronosticó que “de cara al futuro, la tecnología no será un problema; el verdadero reto para afrontar este desafío es conseguir que la ciudadanía asimile la importancia de la transición, entendiendo que va a traer oportunidades, pero también costes y sacrificios”.