Es muy importante vivir con los cinco sentidos en perfecto estado, pero el de la vista está considerado como el más importante de ellos, seguido de los del oído y del tacto, ya que hasta un 80% de todo lo que percibimos nos llega a través de los ojos.
Así, la vista nos permite captar e interpretar toda la información de nuestro entorno relativa a la luz, al color, la forma, la distancia, la posición o el movimiento, de manera que, si sentidos como el del gusto o el del olfato dejaran de funcionar, la vista sería la que mejor nos protegería de posibles peligros.
Por todo ello, debemos cuidar la vista y atender cualquier dificultad que pueda surgir. Si durante la infancia, adolescencia y juventud no has tenido ningún problema y has disfrutado de una vista de lince, llegará un momento en la madurez, a partir de los 40 o 50 años, en el que empezarás a darte cuenta no solo de que de cerca ya no ves igual, sino de que ya no ves. Se trata de la presbicia o vista cansada, uno de los errores de refracción más comunes y que no se puede prevenir al ser fruto de la edad. Con los años, el cristalino del ojo se endurece y pierde su elasticidad, lo que disminuye su capacidad para cambiar de forma y enfocar objetos cercanos.
Síntomas de la presbicia
Entre los principales síntomas de la vista cansada, expertos de General Óptica destacan la dificultad para enfocar objetos cercanos como la letra pequeña de un libro, de una etiqueta o de los textos del móvil, los cuales se ven borrosos y se tiende a alejarlos para poder distinguirlos con mayor precisión.
La fatiga ocular, sobre todo después de leer, pasar tiempo mirando al móvil o realizando tareas que requieren una visión de cerca, y principalmente al final del día, es otro síntoma de presbicia.
Sentir dolor de cabeza después de hacer tareas que requieran mucha precisión visual durante un tiempo prolongado, tener dificultad para ver de cerca con poca luz o buscar más luz para desempeñar determinadas tareas como leer o coser, todo ello acompañado de molestias en los ojos como picor, irritación, escozor, sequedad o lagrimeo, son otras señales de que sufres vista cansada.
Gafas correctoras
Si eres consciente de que sufres estos síntomas, debes saber que se trata de un deterioro natural provocado por el paso de los años pero que tiene solución. Existen medidas correctoras para poder volver a ver con nitidez y entre ellas los expertos de General Óptica distinguen cuatro tipos de gafas. Estos son:
- Gafas monofocales. Tienen una sola graduación para todo el cristal, por lo que enfocan a una sola distancia y en el caso de la presbicia esta suele ser de 30 a 40 centímetros. Ofrecen un campo de visión completo y son ideales para quienes pasan mucho tiempo realizando actividades que requieran ver de cerca. Para ver de lejos con nitidez es necesario quitárselas. Son, por ejemplo, las gafas de lectura, recomendadas para momentos puntuales y orientadas a personas que tengan las mismas dioptrías en cada ojo.
- Gafas bifocales. Presentan dos tipos de graduación: una para ver de cerca con nitidez y otra para ver a una cierta distancia. Son útiles para usarlas siempre en la misma posición fija, por ejemplo para trabajos de oficina y así no tener que estar cambiando de gafas continuamente. No ofrecen un cambio de foco gradual y natural, por lo que cada vez se usan menos.
- Gafas progresivas. Son cada vez más utilizadas ya que permiten ver con nitidez a diferentes distancias, facilitando una visión integral y cubriendo las necesidades del usuario en cada momento de una forma natural. Son modelos con un campo visual mayor, una mejor definición y contraste y una menor distorsión de las imágenes, lo que redunda en una menor fatiga ocular. Ofrecen distintas graduaciones en la misma lente y permiten tratar la miopía, la hipermetropía o el astigmagismo.
- Gafas ocupacionales. Son fabricadas a medida y están adaptadas a cada persona. La graduación va variando de forma muy sutil y natural desde la zona inferior del cristal a la superior. Estas gafas garantizan una visión de calidad desde los 35 centímetros hasta los dos metros de distancia y son recomendables para personas que requieran pasar tiempo mirando a distancias intermedias como por ejemplo un ordenador, con la ventaja de que además podrán leer o ver el móvil sin ninguna dificultad.
Si sospechas que ya no ves bien de cerca, visita a un óptico que revise tu vista. Una vez que concrete tu grado de presbicia, elige las gafas que más te convengan según tu tipo de actividad y volverás a disfrutar de una buena vista.