La dificultades para comprar una casa es uno de los temas de conversación más recurrente entre los menores de 35 años, quienes, probablemente, más dificultades tienen para acceder a una vivienda. Y es que la subida de los tipos de interés y el encarecimiento de las hipotecas no están ayudando, en absoluto, a ello.
Quienes han dado el paso de comprar una casa, antes deben hacer una serie de gestiones que, en numerosas ocasiones, termina convirtiéndose en un verdadero quebradero de cabeza. Una de ellas es la de pedir una hipoteca. Ante lo que surge la primera de las dudas: ¿Qué es mejor contratar una hipoteca fija o variable?
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, popularmente conocido como el INE, más de la mitad de las hipotecas que se contratan en nuestro país son de tipo fijo, la opción favorita de quienes, según la OCU, prefieren la tranquilidad de saber siempre lo que pagarán.
¿Qué es mejor contratar una hipoteca fija o variable?
El tipo de interés es, tal y como así lo definen desde el Banco de España, el precio que los bancos cobran por prestar dinero. Dentro de los tipos de interés se distinguen entre fijo, variable o mixto. Elegir entre una de estas tres opciones dependerá de lo que resulte más favorable, en función de factores como la evolución de los tipos o el plazo de amortización previsto.
Hipotecas a interés fijo
En las hipotecas a interés fijo el tipo de interés, es decir, la cuota mensual a pagar permanecer fijos durante toda la vida del préstamo.
Un tipo de interés que, según el Banco de España, tiene la ventaja de saber de antemano cuánto se va a pagar cada mes sin preocuparte por las subidas o bajadas de tipo y el inconveniente de que, en el momento de la contratación, se suele establecer un tipo superior que para las hipotecas a tipo variable. Los plazos de amortización suelen ser más cortos, en torno a un máximo de 20 años.
Hipoteca a interés variable
El tipo de interés variable se revisa, por lo general, de forma anual o semestral y varía en función de la evolución del índice al que esté referenciado y suele expresarse como la suma del índice y un porcentaje constante. En este caso, no pueden establecerse límites a la baja y el interés del préstamo no podrá ser negativo.
La ventaja de la hipoteca a interés variable es que, en el momento de la contratación, el tipo de interés inicial suele ofrecer la opción de plazos de amortización más largos, normalmente entre 20 y 30 años o incluso más.
Sin embargo, el inconveniente de la hipoteca a interés variables es que se puede pagar una cuota mayor si los intereses suben, aunque se puede beneficiar si bajan.
Hipotecas a interés mixto
En las hipotecas a interés mixto se cobra un interés fijo durante un período inicial, para luego pasar a ser un tipo variable. La cuota podría subir o bajar en función de la evolución del índice de referencia utilizado para calcular el tipo de interés.
¿Cuáles son las mejores hipotecas a tipo fijo?
Según la Organización de Consumidores y Usuarios, popularmente conocida como la OCU, la mejor oferta a tipo fijo sin vinculación está ligeramente por debajo del 3%. Según esta entidad, las mejores ofertas de hipotecas a tipo fijo que puede encontrar en estos momentos para una hipoteca de 100.000 euros a un plazo de 15 años:
- La hipoteca de Coinc tiene un tipo de interés nominal 2,99% anual, sin comisión de apertura. No exige domiciliar la nómina, pero para obtener estas condiciones obliga a contratar con Bankinter al menos una Cuenta No-Nómina.
- OpenBank ofrece una hipoteca fija sin comisión de apertura con un interés del 3,05%. Exige domiciliar la nómina o pensión, o bien realizar mensualmente un ingreso desde otra entidad por un importe mínimo de 900 euros (1.800 si los titulares son dos o más). También es preciso contratar el seguro de hogar con OpenBank.
- BBVA ofrece una hipoteca a tipo fijo con un interés nominal del 2,90%, sin comisión de apertura. Para poder disfrutar de esas condiciones es necesario domiciliar la nómina por un importe mínimo de 600 euros y contratar con BBVA un seguro de hogar y un seguro de amortización que cubra al menos la mitad del importe de la hipoteca.