Este año vamos a celebrar las fiestas de Vitoria-Gasteiz como siempre las hemos conocido. Este año vuelven el Txupinazo y la bajada de Celedón, vuelven las cuadrillas de blusas y neskas, vuelven las fanfarres, los conciertos nocturnos y todas las actividades que constituyen la esencia de nuestra principal celebración.
Son días especiales para todas y todos los gasteiztarras. Días que vivimos con mucha alegría, orgullo y emoción. Las fiestas en honor de la Virgen Blanca nos unen a todas y todos, fortalecen nuestra cohesión emocional como ningún otro evento. Por ello, después de lo que hemos pasado en los dos últimos años, son más necesarias que nunca.
Se nota en el ambiente ilusión por lo que se avecina. Espero que esa misma ilusión sirva para que todos los días de fiestas (y del año), salgamos de casa con ganas de disfrutar y pasarlo bien de forma respetuosa. Es el binomio perfecto para el éxito de las fiestas: salir con ganas de divertirse respetando a las demás personas. Es lo que espero para La Blanca 2022.
Estas fiestas simbolizan la recuperación de la vida social y también de la económica, porque permiten devolver actividad a empresas y sectores que dependen de nuestras celebraciones, como los de la cultura, el espectáculo o la hostelería, que ahora recobran el pulso.
Por todo ello, con mis mayores deseos de salud y felicidad, os animo a disfrutar de todo lo que se acerca. ¡Felices fiestas!