Vivir sin trabajar es el sueño de muchos y, aunque parezca una utopía, lo cierto es que es posible. Levantarte de la cama sabiendo que tienes tus necesidades básicas cubiertas, que puedes mantener tu nivel de vida habitual sin depender de un trabajo tradicional, te permitirá dedicar tu tiempo a lo que más te gusta sin estar sujeto a una obligación. ¿Suena bien, no?
Rubén López de Miguel, experto en finanzas e inversiones y tiktoker (@rubenlopezdemiguel), explica en un vídeo cuánto dinero necesita una persona para vivir sin trabajar, es decir, para obtener lo que se conoce como libertad financiera.
No hay una fórmula mágica que nos revele esa cifra, ni es la misma cantidad para todo el mundo. Esta dependerá del ritmo de vida de cada persona, es decir, del dinero que necesita al mes para cubrir todas sus necesidades básicas de vivienda, alimentación, transporte, ocio y cualquier otro gasto recurrente.
Ahorro e inversión
Para poder vivir sin trabajar, una persona necesita tener unos ingresos mensuales y estos deberán proceder de sus ahorros y del resultado de poner ese dinero a trabajar. Inversiones, propiedades en alquiler, dividendos de acciones o negocios que se gestionen prácticamente solos son algunas opciones.
Tomaremos como ejemplo una persona que cobra el salario medio bruto en España, 26.948 euros anuales, 1.914 euros mensuales distribuidos en 14 pagas.
López de Miguel señala que esa persona que necesita 2.000 euros al mes para vivir deberá tener ahorrados unos 500.000 euros si quiere vivir de las rentas. A partir de ahí propone distintas opciones y una de ellas es comprar con ese dinero cuatro viviendas y alquilarlas a 600 euros al mes; deducidos los impuestos, le quedarían unos beneficios de entre 24.000 y 25.000 euros al año, lo que se traduciría en unos 2.000 euros al mes.
Otra opción es invertir ese dinero en un producto de renta fija a un 4,5%, lo que a lo largo del año dará unos 24.000 euros en intereses. Esa misma cantidad se podría también invertir en una empresa que permita obtener unos dividendos similares a los del producto financiero.
También es importante tener en cuenta que el coste de la vida sube y que 2.000 euros de ahora no valdrán lo mismo dentro de dos décadas. Por eso, estaría bien ser precavido y reinvertir una parte de esas ganancias para asegurarse que el capital crecerá al mismo ritmo que la inflación.
Es posible
De Miguel asegura que lo más complicado es conseguir ese medio millón de euros inicial que después vamos a invertir, pero matiza que es posible. Señala que no es ni fácil ni rápido, pero que es más sencillo de lo que parece y que se puede conseguir siendo constantes y con una buena educación y planificación financiera.
El experto explica que lo que hay que hacer es ahorrar 350 euros al mes durante 35 años para invertirlo en un instrumento de interés compuesto que dé una media de un 6% o 7% de interés para lograr ese primer medio millón.
Por ello, es evidente que la independencia financiera será más viable cuanto antes se empiece a ahorrar. Si se comienza en la veintena, habrá más tiempo para acumular dinero y que este vaya creciendo; también influirá el momento vital, puesto que en la juventud, al no tener cargas familiares, se podrán asumir ciertos riesgos al invertir que aumentarán la rentabilidad potencial.
Lo ideal es ahorrar al menos un 20% de la renta mensual y, si se puede más, mejor; de esta forma aumentarán las posibilidades de alcanzar la independencia financiera y de hacerlo en menos tiempo.
Ya lo ves, si tu sueño es vivir sin trabajar, puedes ponerte a ahorrar ya o puedes seguir esperando a que la suerte te sonría en forma de un jugoso premio de lotería. Mientras tanto, si tienes un buen trabajo, siéntete afortunado, que tal y como está el mercado laboral, ¡eso sí que es una lotería!